JUAN ERNESTO MILLÁN: ¿ENTRE TIBURONES Y BARCOS?

JUAN ERNESTO MILLÁN: ¿ENTRE TIBURONES Y BARCOS?

* Ocupa la recién creada Secretaría de Pesca y Acuacultura del Gobierno del Estado.

Xicoténcatl Barajas

Juan Ernesto Millán Pietsch, es el junior incómodo del ex gobernador Juan Sigfrido Millán Lizárraga y una réplica viva del oportunismo y el chantaje político gansteril que ejerce su padre para colocarlo en administraciones estatales que van y vienen.

Por obra y gracia de su progenitor, Juan Ernesto se convirtió en funcionario estatal desde el sexenio de Jesús Alberto Aguilar Padilla sin tener los méritos suficientes, ni la más mínima idea del quehacer público, mucho menos contar con el humanismo que él pregona y que también propagan sus corifeos adulones.

El vástago de uno de los gobernadores más avariciosos que ha tenido Sinaloa formó parte de la siniestra administración estatal que encabezó Mario López Valdez, quien traicionó al PRI el 2010 al contender bajo las siglas de partidos de oposición para derrotar al entonces candidato tricolor a la gubernatura, Jesús Vizcarra Calderón.

Los millanes y sus barriletes, fueron artífices de ese episodio amargo que vivieron los priistas y, a cambio de eso, lograron posiciones en su estructura y hacer negocios en el “Gobierno del Cambio” que engañosamente prometió MALOVA.

Ahora, extrañamente en el gobierno de Quirino Ordaz Coppel que recién inicia, Juan Sigfrido Millán Lizárraga consiguió la creación de la Secretaría de Pesca y Acuacultura como una cuota política, en la que seguramente estarán incrustados en la nómina los mismos bufones que le han venido acompañando en su insipiente carrera como funcionario público, tal y como sucedió en la Secretaría de Desarrollo Social y Humano, SEDESHU, donde puntualmente se paraban en el balcón como pájaros en el alambre cada vez que llegaba la quincena para cobrar.

¿Pero qué conoce Juan Ernesto Millán Pietsch de pesca y acuacultura?

Esa es la interrogante que se hacen propios y extraños, pues de este junior se dice que lo único que conoce del mar es el nombre de Los Tiburones, pero no el de las especies marinas, sino, el apodo de la famosa pandilla también conocida como “los mata gente” que operó en Las Quintas de la capital sinaloense por allá a mediados de la década de los ochenta y principios de los noventas, cuando en las calles de ese sector y del Fovissste Chapultepec los desmanes, actos vandálicos y arrancones de automóviles eran constantes, pues la mayoría de quienes los protagonizaban eran hijos de encumbrados políticos, empresarios y agricultores, así como uno que otro igualado.

Entre los jóvenes rebeldes de aquella época figuraron por sus travesuras los de apellido Gandarilla y otros, acusó en su momento el otrora fogoso líder de izquierda, José Luís López Duarte.

De los casos delictivos más sonados en los que se les relacionó a Los Tiburones –de acuerdo a datos históricos – se encuentra el accidente automovilístico en el que falleciera uno de los retoños del reconocido agricultor culiacanense Teojary Crisantes Enciso.

A raíz de eso, los papás de los juniors intentaron reprenderlos, incluso, algunos optaron por sacarlos del país para que se “enfriaran”, regresando con el paso del tiempo convertidos en “hombres de bien”, y ahí están varios de ellos que, ahora, siguiendo los buenos consejos de sus padres son celebridades en la política y los negocios.

De Juan Ernesto Millán Piestch también se puede decir que conoce de barcos pesqueros, los que se comenta que tiene su padre el ex gobernador Juan Sigfrido Millán en el puerto de Mazatlán, con los que supuestamente le compite al empresario atunero, Leovigildo Carranza, así lo señalaron durante su sexenio los pescadores ribereños de la laguna del Huizache-Caimanero del sur de Sinaloa, cuando se quejaron de que el propio gobernante emprendió una campaña negra para perjudicarlos, argumentando que el camarón que capturaban en el estero que abarca los municipios de Mazatlán y El Rosario estaba contaminado.

Sin embargo, con el paso del tiempo salió a relucir que fue una artimaña del entonces gobernador Juan Sigfrido Millán para que los pescadores ribereños se abstuvieran de capturar el crustáceo de buen tamaño para que este se saliera del estero a altamar y que sus barcos lo chinchorrearan.

Hoy, el agonizante sector pesquero de Sinaloa abriga las esperanzas en el gobernador Quirino Ordaz Coppel para salir del marasmo en que se encuentra inmerso y, ojalá, dicen, quién ostenta la nueva dependencia cumpla con las expectativas en su desempeño y no busque beneficiarse y beneficiar a tales y cuales.

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