- Infestan malovistas el gobierno de Quirino.
- El gobernador grita: ¡al ladrón, al ladrón! y lo tiene a su lado.
- Gente de Luís Pérez también en el gabinete.
- Que el secretario de Salud, Alfredo Román Messinas está por “tirar la toalla”.
Muy contradictorio resulta el hecho de que el gobernador del Estado, Quirino Ordaz Coppel siga incrustando en su administración a venales y nefastos exfuncionarios del pasado gobierno de Mario López Valdez, cuando, por otro lado, afirma y señala que habrá castigo para quien o quienes hayan cometido latrocinios al erario público de Sinaloa. Quirino Ordaz Coppel pareciera gritar: ¡al ladrón, al ladrón! cuando allí lo tiene a su lado, en lo que se puede presumir como una posible protección, pues francamente el pueblo de Sinaloa esperaba más del mazatleco que con estas acciones manda señales que se mal interpretan y que generan comentarios y opiniones, la mayoría, en sentido negativo y de desprestigio para su naciente administración. Los adeptos que Quirino Ordaz estaba ganando en sus contantes “baños de pueblo” en mercados, tianguis, estadios, sindicaturas, campos pesqueros y ranchos los está echando por la borda, porque la gente creyó en su discurso sin muchos rollos, en el que sigue diciendo: “¡de tanta corrupción la gente está harta, está cansada!”; ¿entonces? Quirino más bien está aplicando el clásico dicho popular que dice que en la política y en el amor todo se vale, pero lo que no se vale es que juegue con los sentimientos de los sinaloenses que no dan crédito a lo que ven y a lo que está pasando en el engranaje del Gobierno del Estado, en el que algunos malovistas ahora gozan de fuero cuando deberían de estar siendo investigados, como, por ejemplo, Juan Ernesto Millán Pietsch, Frank Cordova Celaya, Gustavo Zavala, Francisco Cuauhtémoc Frías Castro y otros de menor jerarquía pero que no dejan de ser sanguijuelas de la nómina pagada con los raquíticos recursos del sufrido y aguantador pueblo sinaloense.
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Martín Prado, quien fuera uno de los confidentes y cercanos colaboradores del extinto Luís Pérez Hernández se integró como Subdirector de Gobierno en el gabinete de Quirino Ordaz Coppel, después de haber estado alejado del servicio público. El controvertido y extinto Luís Pérez, nacido en Mazatlán, fue funcionario de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad, hoy CISEN, y en el gobierno de Juan Sigfrido Millán Lizárraga tuvo notoriedad por la habilidad que poseía en la práctica del espionaje a políticos, líderes, periodistas y empresarios, de quienes obtenía información de primera mano que le era proporcionada al gobernador para que le diera el uso que al el conviniera, ya sea para bien o, para mal. Con él, estuvo ligado Martín Prado, un alquimista electoral que utilizó el PRI por años en las campañas electorales y que pudo haber aprendido muy bien el procesamiento y tratamiento de la información confidencial y clasificada. A la muerte del ex director de Gobierno, Prado incursionó al ramo farmacéutico y al de las purificadoras de agua para consumo humano, desapareciendo en forma repentina, para posteriormente aparecer esporádicamente en eventos políticos conforme se fueron acercando los tiempos electoreros. Se supo entonces, que operaba una especie de “Gestapo” para el ex gobernador Juan Sigfrido Millán Lizárraga, quien lo habría “arropado” ante la ausencia de Luís Pérez, aunque hay quienes dicen que nunca se separó del Gobierno del Estado y cobró en la nómina malovista. Se sabe, que el 2010 Luís Pérez Hernández fue pieza clave para que lograra el triunfo Mario López Valdez, dejando en la lona al empresario de la carne, Jesús Vizcarra Calderón y, por cierto, fue en un evento de Quirino Ordaz Coppel siendo candidato a la gubernatura donde se le vio otra vez a Martín Prado tratando de saludar a Jesús Vizcarra Calderón y, ahora, es el jefe de un área importante en el gobierno del mazatleco.
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Mucho se rumora en los corrillos de los hospitales que el Secretario de Salud en Sinaloa, doctor Alfredo Román Messinas quiere “tirar la toalla” porque no haya como enfrentar a las mafias enquistadas que tienen “secuestrado” los servicios de salud en la entidad. Y él lo ha dicho y reconocido entre quienes se siente en confianza, que ese ambiente no es para él y que analiza la posibilidad de darle las gracias a su amigo el gobernador Quirino Ordaz Coppel, porque tampoco ha podido hacer empatía con el director administrativo, Ismael Carreón Ruelas que no lo deja operar y está confrontándose hasta con la base trabajadora, generándole recurrentes problemas. El galeno, originario de Mazatlán tiene un acendrado prestigio ganado durante su trayectoria, nunca ha ocupado puestos en el servicio público y siempre ha ejercido con profesionalismo la medicina en lo particular y, simple y llanamente no tiene el carácter ni la necesidad de pelear con las mafias que trafican y usufructúan con la salud de los sinaloenses.
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