Sugey Estrada
Diez meses bastaron para que el presidente municipal de Escuinapa, Hugo Enrique Moreno Guzmán sacara el cobre y mostrara su falta de respeto hacia la investidura del cuerpo de Regidores, al manifestar en plena sesión de cabildo que le “valía madres” lo que hicieran luego que éstos presentaran un documento en el que solicitaban la renuncia de Yamira Salas Guerra como Oficial Mayor del Ayuntamiento.
Según información vertida en diferentes medios de comunicación, se expone que el penoso asunto se presentó durante la discusión del punto de asuntos generales de la segunda sesión ordinaria de cabildo celebrada recientemente, ahí la regidora del PAS Marilyn Orozco Mata pidió una respuesta al Alcalde sobre el oficio en el que se exponía la pérdida de confianza de la funcionaria.
En respuesta el Alcalde increpó a la regidora del PRI, Belinda Lerma Quevedo diciéndole que no le importaba lo expuesto en el documento, reiterando “hagan lo que quieran, me vale madres” provocando que la regidora saliera de la sesión.
Lo curioso del asunto es la falta de carácter del cuerpo de regidores para tolerar los arranques e improperios públicos por parte del Alcalde, ya que solamente uno de los 13 regidores acompañó a Lerma Quevedo hacia la salida, demostrando con ello su falta de solidaridad y respeto a la investidura que portan.
Si bien es cierto, la mayoría de los Regidores son parte de una misma fórmula y de un partido, no les da derecho a permitir ser ofendidos por el Alcalde, pues deben entender que no son fauna de acompañamiento, sino fiscales del pueblo; obligados a velar que los recursos sean aplicados a favor del pueblo que los eligió y no solapar arbitrariedades como esta.
Y es que el carácter explosivo del “Yiyo” no es del todo desconocida, basta ver los escándalos que ha protagonizado con periodistas, empresarios, líderes de sectores populares y hasta ciudadanos lo que le ha valido amonestaciones por parte de organismos .
Esperemos que esta sea la oportunidad para que los Regidores Municipales hagan valer su autoridad y dignifiquen su cargo, pues de nada sirve pretender ser fiscales del pueblo si al final se convierten en comparsa del Alcalde permitiendo estos atropellos. Porque si a ellos como autoridad no los respeta que puede esperar un ciudadano común y corriente.