La Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) se opone tajantemente a la aprobación de la Ley General de la Biodiversidad por considerar que pone en riesgo el patrimonio natural de México, y hace un llamado a las instituciones de educación superior, de protección al medio ambiente, a grupos y organizaciones no gubernamentales a que se pronuncien en contra de esta ley.
El Rector de la UAS, Juan Eulogio Guerra Liera expuso que la Ley General de la Biodiversidad ya fue aprobada por el Senado de la República quien la turnó a la Cámara de Diputados para que realicen una consulta abierta para eliminar las inconsistencias del documento, el cual ha sido muy criticado porque también deroga otras leyes muy importantes para el cuidado y protección del medio ambiente.
“Deja sin vigencia la Ley de Vida Silvestre, y esto hace más difícil la aplicación de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente; la Ley de Cambio Climático la deja sin vigencia, a la Ley General de Desarrollo Forestal, Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentable, Ley de Desarrollo Rural Sustentable”, precisó Guerra Liera.
“Se flexibiliza el área o lo que es en otras palabras llanas se expone más lo que son las áreas naturales protegidas, se permiten actividades más allá de la investigación, de la recreación y educación ambiental como es la explotación minera y energética, incluso minería a cielo abierto y omite por ejemplo la prohibición del aprovechamiento de tortugas marinas, lo omite, permite el manejo de loros, pericos y guacamayas poniendo en riesgo estas especies”, enfatizó.
El dirigente universitario citó que la Casa Rosalina cuenta con un Centro de Investigación para la conservación y reproducción de la tortuga marina, tanto en Playa Ceuta como en Caimanero, y la protección y reproducción de la Guacamaya en la Reserva Mundo Natural en Cosalá.
“Una incongruencia más es que se busca la conservación de las especies aprovechando, incentivando la cacería de las mismas el posicionamiento de la Universidad Autónoma de Sinaloa es primeramente la oposición tajante a la aprobación de esta ley de la biodiversidad”, expresó.
El Rector consideró conveniente analizar y consensuar la legislación retomando lo más trascendente de cada ley existente, y no aprobarla hipotecando lo que la naturaleza brinda, y dejando en manos del razonamiento de los individuos que estarán al frente de dependencias para que en 20 o 30 años puedan desaparecer muchas especies.
“Hacemos un llamado a los legisladores, a las autoridades en la materia, para que realicen, si esa es la vía que queda, una auténtica consulta con expertos, con académicos, con la sociedad; también el llamado a las universidades, a las instituciones educativas, de protección al medio ambiente, grupos y organizaciones no gubernamentales a que se pronuncien en contra de esta ley”, concluyó.