LA CLASE OBRERA DESAIRÓ A CANDIDATOS DURANTE EL DESFILE DEL DÍA DEL TRABAJO

Redacción / ¡Aquí… Política con Tambora!

  • Integrantes de diversas organizaciones sindicales rechazaron la presencia de ellos

Nadie los invitó pero se aparecieron como lo hace un golletero en una fiesta ajena, así los priistas Rosa Elena Millán, Mario Zamora y  las discípulas de “El Peje”, Yadira Marcos y Merary Villegas, quienes al parecer confundieron el desfile obrero del “Día del Trabajo” con uno de sus mítines políticos.

Los candidatos a distintos cargos de elección popular vieron tumulto y dijeron “de aquí soy”, sin imaginar que serían frenados por el muro de la apatía y el rencor social.

La cuadrilla enfurecida de trabajadores distaba mucho de los “acarreados” que normalmente llevan a los actos de campaña a cambio de una torta, una Coca y 100 pesos para el desquite del día.

“Estamos hasta la madre de ustedes, lárguense bola de ratas”, gritó un manifestante cuando uno de los candidatos llegó con una sonrisa “Colgate” queriendo saludarlo.

Y es que no conformes con los 372 mil 96 promocionales que se están difundiendo en radio, televisión  y medios electrónicos, contándose las redes sociales de Facebook, youtube, twitere instagram que también les cuestan, los suspirantes a cargos de elección se cuelan a los eventos públicos esperando que el ciudadano los reciba con sonrisas y abrazos pero a cambio les recuerdan el 10 de mayo.

Ya ni las viejitas quieren posar para la foto tierna y las mamás no prestan a sus recién nacidos, no sea que se les pegue alguna maña del político en turno o ya de plano no se los regresen como hace algunos años pasó con el coordinador de campaña de Anaya en Sinaloa Edgardo Burgos Marentes.

La gente ya no los quiere y no les ha quedado claro. Los abucheos, groserías y señalamientos que recibieron en pleno desfile no se justifica ni se aplauden, pero, hay que decir que es el resultado de lo que durante años cultivaron desde sus oficinas refrigeradas donde permanecieron ajenos a las problemáticas reales del sinaloense.

Asimismo, este desprecio también es una señal de lo que el próximo 1 de julio ocurrirá durante los comicios.

Lo que se aprecia es una clase trabajadora dolida y molesta con quienes han “asesinado” el sindicalismo y que hace seis años les prometieron mejores condiciones de vida e impulsaron reformas que al día de hoy los tienen más hundidos que el Titánic.  En este periodo las conquistas laborales fueron diluyéndose y a pesar de los discursos grandilocuentes, la clase trabajadora vive en los tiempos del desencanto.

Ahora sí, a menos de dos meses  de la elección quieren arreglar el mundo bajando el cielo y las estrellas, auto engañándose con vídeos bonitos en las redes sociales cuyos miles de likes provienen de empresas dedicadas al  marketing digital. ¡Qué alguien les diga a esos candidatos que los bots no votan! y, los que si votan, los de carne y hueso, ya no los quieren en el escenario político de México.

Algunos políticos conocen su destino y ya le bajaron el ritmo, saben que no tienen posibilidades y evitan el gasto innecesario de energías, otros ni se las huelen, andan como perritos desesperados detrás del hueso y hasta videntes consultan para saber lo que pasará el próximo 1 de julio. ¿Usted sabe?…Nosotros tampoco.

¡Esperemos pues!

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