- Su ambición desmedida lo ha llevado a cometer lo que sea y como sea
Xicoténcatl Barajas
El pueblo de San Ignacio tres veces ha rechazado de manera apabullante en las urnas las pretensiones aviesas de un remedo político apodado “El Tocayo” y de apelativo Moreno, quien a costa de lo que sea y como sea, hasta poniendo ahora de escaparate a su esposa y pactando con distintos grupos quiere hacerse del poder en el serrano municipio, según las versiones que corren como reguero de pólvora entre la vox populi de aquella demarcación.
Su primera intentona la hizo investido como candidato a diputado local por el Partido de la Revolución Democrática. En otra “horneada” por una alianza entre éste y el Partido Acción Nacional, que tampoco le cuajó y, la última incursión fallida fue abanderando al Partido Sinaloense que preside Héctor Melesio Cuén Ojeda, a quien traicionó una vez llegando al Cabildo como regidor municipal.
Ahora, otra vez pretende el poder, pero a sabiendas de que los sanignacenses le darán un rotundo revés no quiso exponerse y le importó un soberano comino y coló a su conyugue, Judith Rubio como candidata de MORENA a la Alcaldía, denotando así su testarudez y ambición desmedida.
La señora no actúa por voluntad propia, el yugo de “El Tocayo” no se lo permite y es él quien marca la pauta en el proyecto que ilusamente desde hace años ha querido concretar.
Ella, fue secretaria en diversas áreas del Gobierno del Estado, desde donde conoció las entrañas y las mafias del poder que tanto critica su candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, además, pudo haber sido cómplice de todo lo que se “cocinó” en varios sexenios.
El punto es que por tal de ocupar la silla que dejará vacante Fernando Sandoval Morales, “El Tocayo” y su frustrada corriente al parecer están recurriendo a todo tipo de artimañas y artilugios, como es el enrarecimiento de la contienda apoyado por huestes malévolas de las que se dice ya están operando en el municipio destruyendo propaganda de sus adversarios políticos y, así, es muy flaco el favor que le hace a su esposa.
