Xicoténcatl Barajas
Acostumbrados a no invertir en sus proyectos políticos ni mucho menos en imagen y difusión social porque la suerte les cayó del cielo, algunos diputados de la nueva legislatura encargan a sus esbirros que busquen entre los pasillos del Congreso del Estado a quienes de manera informal y como competencia desleal puedan publicarles notas baratas, incluso, pidiendo el favor a quienes publican por Facebook transmisiones en vivo o bosquejos sensacionalistas para destacar y simular un real trabajo legislativo.
En una de las sesiones, nuestra compañera Fernanda Bustillos fue abordada y confundida como una de esas tantas personas que pululan por los corrillos del Palacio legislativo como “asaltantes de la pluma” en busca de “clientes” barateros dispuestos a contratar adulaciones o ataques para sus adversarios.
“¿Tú eres de la TAMBORA; eres chayotera? preguntó a la periodista una desvergonzada joven de quien se sabe responde al nombre de Nayeli «N» que salió con celular en mano de entre los vericuetos de uno de los cubículos de los diputados del PT que más bien parecen ratoneras para proponerle pactar que de vez en cuando le diera un “apapacho” a sus diputados y que luego se reportaría con ella.
La joven periodista en ciernes muy asustada por la bochornosa acción le comentó a quien esto escribe lo sucedido, aclarándole de inmediato que la contratación de algún espacio e inserción de publicidad institucional del poder legislativo se hace con transparencia vía contratos rubricados entre la Dirección de Gestión y Vinculación Social que hoy representa, Daniel Ramírez León y la empresa editorial.
Y es que con la llegada de las redes sociales el periodismo en Sinaloa revolucionó a pasos agigantados, pero también se está prostituyendo y denigrando, ya que, hay sedicentes periodistas y otros autollamados comunicólogos que al tener al alcance estas maravillosas herramientas tecnológicas alternas para el ejercicio de esta noble profesión las utilizan para comercializar información y chantajear, convirtiéndose así en “asaltantes de la pluma” que además practican con saña el “sicariaje” a través de fake news a cambio de unas cuantas monedas.
Entre esos nefastos informadores lamentablemente se encuentran ex “llena planas” de los otrora poderosos periódicos que viven una lenta agonía y otros ajenos que con celular en mano se autoproclaman paladines y portavoces del pueblo, navegando por las redes sociales en sus distintas plataformas digitales y hurgando información que les pueda generar algún dividendo económico sin importarles que esta sea plagiada.
No invierten en plataformas de comunicación impresas, en sitios web con el costo de hosting, mucho menos en personal, ya sean reporteros, fotógrafos, programadores, diseñadores gráficos, oficinas y otros implementos que son necesarios para el sostenimiento de un medio de información bien instituido, haciendo negocio redondo.
Tampoco pagan impuestos al Servicio de Administración Tributaria de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, asimismo, desconocen por completo que el Instituto Nacional de Derecho de Autor de la SEP expide cada año la Reserva de Derecho de Autor.
Eso sí, ellos sorprenden incautos para que a través de sus redes sociales promocionen algunos proyectos políticos vanagloriando sus actividades y aspiraciones, resultando una competencia desleal para los medios de comunicación formales que están siendo víctimas de esta dantesca plaga que abarata los costos de publicidad sin invertir un solo peso, pero lo más grave es, que están denigrando el apasionante y mal comprendido quehacer del periodista restándole el valor agregado al periodismo serio, veraz y plural.