Redacción / ¡Aquí… Política con Tambora!
Desproteger a los productores que abastecen de alimentos al país y “cobijar” a los que producen pequeñas raciones con huertos de traspatio es un error que, lamentablemente, podría convertirse en la próxima política agropecuaria impulsada por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
Es como ser un padre alcahuete con el hijo desobediente y castigar al que con esfuerzo y tesón le está aportando al hogar. La analogía no está muy lejos de la realidad pues el futuro Presidente ya propuso una iniciativa para sufragar “ninis”, pero ese será tema que se aborde en otro artículo.
“El Peje” insiste en volver al pasado, retornar el viejo esquema asistencialista de precios de garantía que ya fue implementado y desechado por los gobiernos priistas.
No funcionó porque de acuerdo a economistas expertos, canalizar los apoyos al ingreso nunca será suficiente por la simple regla de que entre más ganas más gastas.
El “chiste” es que producir te cueste menos, que no lo veas como un sacrificio poco redituable, que realmente la ganancia compense la inversión.
Si bien el sector lleva años estancado y necesita cambios trascendentales, la reversa no es la mejor opción y lo que realmente se requiere es canalizar los estímulos a la producción. Es decir, que la política agropecuaria debería basarse en subsidiar los costos de producción y reducir el gasto en semillas, fertilizantes y otros insumos.
Lamentablemente el futuro secretario de Agricultura, Víctor Villalobos, ni siquiera ha planteado esta posibilidad en su agenda agropecuaria y esto podría deberse a un estigma que se tiene sobre los productores del norte, particularmente contra los de Sinaloa, consideró el también dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias.
Aquí en Sinaloa parece que se le margina en ese tipo de políticas de precio de garantía, se tiene que ver qué políticas va aplicar al Estado que es alto productor de alimentos, ¿de qué manera se va incentivar la productividad?; ¿de qué manera se va a premiar a los productores que le están invirtiendo, que están arriesgando su patrimonio, para ser más productivos y que esta actividad sea más rentable? Definitivamente se tiene que diferenciar el tipo de agricultura.
El propio Víctor Villalobos destacó recientemente que estos apoyos beneficiaran a los campesinos que hoy son productores de subsistencia, sobre todo a quienes radican en la región sureste del País. Pero lo preocupante para los del noroeste es a la hora de distribuir los apoyos y realizar las gestiones en beneficio de los campesinos con la falsa creencia de que en el norte del País todos los productores «son ricos» y no necesitan subsidios de ninguna naturaleza.
Desgraciadamente ese es el concepto que existe, y es preocupante porque no va apegado a la realidad, aquí los costos de producción son muy elevados, la semilla y fertilizante están por las nubes, por lo que se tiene que hacer un análisis de costos para que se sepa la realidad.
Y debe ser antes de poner en marcha políticas que puedan generar desequilibrios en la cadena de comercialización y crear vacíos en beneficio de los grandes industriales, de lo contrario, la política agropecuaria de AMLO sería un albur que dejaría graves pérdidas en el sector agrícola, pero que además pondría en riesgo la soberanía alimentaria del País.