- La acusa Atanasio Loza de haberlo estafado con un plano arquitectónico
Redacción / ¡Aquí… Política con Tambora!
El pasado 1 de septiembre comenzó un Poder Legislativo en Sinaloa integrado por nuevos rostros de la política local, hombres y mujeres en cuyas “espaldas” fue depositada una responsabilidad enorme: demostrar que su mayoría absoluta no era igual a la aplanadora priista que tanto criticaron.
A poco más de un mes de haber rendido protesta, los autonombrados legisladores de izquierda le han fallado a la sociedad que les depósito su confianza a petición expresa del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, esto a pesar de ser unos auténticos desconocidos.
Mal comienzo tuvieron los personajes de la que un día fue la coalición “Juntos Haremos Historia”, al arribar declarando la guerra a los medios de comunicación, primero limitando a los comunicadores en su labor mediante llamados de atención dentro del pleno y después exhibiéndolos y difamándolos socarronamente.
Fue la diputada del Partido Encuentro Social, Karla Montero Alatorre, quien le picó las costillas al tigre, mintiendo de manera pública al tachar de “chayoteras” a las empresas de comunicación formales que legítimamente vendemos espacios de publicidad al Congreso del Estado.
Miente la Diputada al afirmarlo, engaña y tergiversa la verdad con sus dichos pues una cosa es el chayote –mal añejo al que nos oponemos por atentar contra las bases del periodismo serio que representamos– y otra muy distinta son los convenios de publicidad oficiales que, de ninguna manera comprometen nuestra línea editorial.
El chayotero existe, no lo vamos a negar, pero es de todos conocidos que el chayotero, no factura, no paga impuestos y no tiene Reserva de Derecho de Autor ante el INDAUTOR de la SEP o un hosting en internet para mantener un portal informativo. El también llamado sicario de la pluma se vale de las redes sociales o blogs digitales para hablar bien o mal de sus mecenas o adversarios, se parecen más a esos amigos que la propia diputada siempre trae consigo para que le hagan transmisiones y le eleven el número de seguidores.
Precisamente en rueda de prensa y a través de su red social, le legisladora “exhibió” a directores de Revistas, portales y empresas periodísticas, como si el dinero que cada una cobra por sus espacios fuera malhabido. Nada más ajeno a la realidad.
¿O caso también van a decir que los proveedores de insumos básicos en el recinto legislativo como agua, papel de baño, frutas y alimentos, también son chayoteros?
No, señorita o señora diputada, usted miente perversa y tendensiosanamente, calumnia y sataniza a empresas formales que generan empleos y que pagamos impuestos.
Un doctor cobra por sus consultas, ¿es acaso chayotero?… un abogado cobra la representación legal que proporciona, ¿es acaso chayotero?… una arquitecta, como usted, vende los planos y cobra por los proyectos que realiza, ¿ha sido usted acaso chayotera?, un legislador cobra por representar al pueblo, aunque a veces lo haga mal… ¿acaso usted es chayotera?
¿Por qué una empresa periodística habría de regalar sus espacios?, si el papel cuesta, la tinta cuesta, los sueldos cuestan, las oficinas cuestan y nuestro trabajo tiene valor.
Ningún periodista o comunicador estudió una carrera profesional para trabajar de a gratis y son muchos los que ante la falta de espacios laborales en las grandes emporios de la comunicación que se vieron obligados a emprender con productos propios como portales, Revistas o agencias de publicidad.
Para ello tuvieron registrarse en Hacienda, crear una marca y darla de alta, realizar una serie de trámites engorrosos y sobretodo, asumir el compromiso de informar con veracidad para ganar la confianza de sus seguidores.
Una vez logrado lo anterior, nos vimos en la necesidad de tocar puertas, crear esquemas de publicidad atractivos, comercializar nuestro producto, mantenerlo, pagar nóminas y sobretodo cumplir con el pago de impuestos de los que usted goza, diputada.
Muy a pesar de nuestro esfuerzo, sale con una lista a llamarnos chayoteros, a menoscabar la credibilidad y confianza que la gente ha depositado en nosotros durante 42 años, le da pie a los grupos porriles para que nos agredan tillándonos de chayoteros cuando en realidad somos prestadores de servicios (proveedores).
Acusan sin pruebas que los reporteros están amafiados con un partido político, los regañan y difaman.
Usted Diputada escupe mentiras sin sustento y navega con la bandera de activista cuando el propio Atanasio Loza Bazán, la acusa de no tener dignidad.
“A mí me estafo con un plano que me cobró y no lo terminó, es una tracalera y muy royera. Trae un asesor que le encanta amenazar a quien la critique. Dice ser experto en armas y artes marciales. Todo un fantasioso, su nombre es Abel Jacobo Miller”, se lee en un mensaje escrito por Loza Bazán el cual se filtró a grupos de periodistas.
No se vale, pero tampoco se vale que compañeros periodistas que forman parte de las grandes empresas—curiosamente con accionistas metidos hasta la médula en la política– colaboren con sus perversas intenciones de mancillar la credibilidad de portales y revistas.
No es justo que la autonombrada cuarta transformación quiera enterrar al cuarto poder, ese que le da voz, ojos y es un puente de comunicación entre los ciudadanos y el Gobierno.