¿Y EL CAMPO PARA CUÁNDO?

Samuel Sarmiento/Asesor agrícola y financiero

Después de la segunda encuesta nacional realizada por el Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, ahora para definir sus proyectos prioritarios, queda claro que el campo no está dentro de su primera línea de prioridades.

Lo prioritario es el control político, los clientes y los votos. Ese perfil tienen los programas asistenciales de los NINIS y de pensiones.

A la fecha, AMLO no ha mandado señales claras sobre ¿cuál será su política agrícola? primero se comprometió en el municipio de Mazatlán a un precio de garantía para el maíz de 5,610 pesos y para el frijol de 14,500 pesos la tonelada.

Y luego, acotó la propuesta en el caso del maíz hasta 5 hectáreas o hasta 20 toneladas.

La pregunta es: ¿qué va a pasar con el resto de la producción de maíz? sobre todo si consideramos que en Sinaloa un productor promedio de 10 hectáreas levanta alrededor de 100 toneladas, ¿a dónde va a ir y a qué precio, el resto de la cosecha?

Algunos dirán que a SEGALMEX, el frankenstein que resultó de la fusión de Liconsa y Diconsa, y que estará anclado a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).

Pero hay que tener claro, que la función de este nuevo organismo público no será la de incrementar la competitividad ni la tecnificación del campo mexicano, sino la de subsidiar a los pequeños productores agrícolas y apoyar el consumo de las familias más vulnerables.

Por lo tanto, tendrá un enfoque asistencialista y no productivo, entonces la pregunta obligada es: ¿por qué estará en SAGARPA y no en la nueva Secretaría de Bienestar?

Esto es algo que debería de preocupar a los productores agrícolas y sus organizaciones, ya que los recursos para la operación de SEGALMEX tendrán que salir de algún lado, y lo más probable es que se reduzcan los programas de apoyo a la mecanización, comercialización de cosechas o de sanidad e inocuidad agroalimentaria.

Alguno de estos programas serán los sacrificados, porque la cobija presupuestal será la misma, y ahora hay que operar programas y esquemas viejos, como son los Precios de Garantía y una renovada CONASUPO, bajo el nombre de SEGALMEX.

Para nuestro estado, cuya estructura económica depende del 11.9% de las actividades del campo, comparado con el 3.6% a nivel nacional, la definición de la política agrícola para el campo es un tema prioritario.

Por ello, aquí algunas recomendaciones.

El campo necesita:

  1. Políticas agrícolas diferenciadas, que distingan entre los estados con agricultura comercial, intermedia y de subsistencia.
  2. Presupuestos multianuales para el campo, que generen certidumbre en los productores.
  3. Un programa de apoyo a la comercialización de cosechas de más de 15,000 millones, que garanticen un ingreso mínimo al productor.
  4. Impulsar la tecnología, tecnificación y sanidad del campo, que son la base de la competitividad y el acceso a nuevos mercados.

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