Redacción/ Aquí Política con Tambora
La Universidad Autónoma de Sinaloa es un ejemplo a nivel nacional y lo demuestra hasta en los peores momentos: la máxima casa de estudios suele enfrentar un déficit anual de al menos mil 735 millones de pesos que complica sus finanzas durante el cierre de año y se vuelve casi una proeza el pago de quincenas y aguinaldos a los trabajadores. De ésta cantidad, mil 500 millones se destinan a la jubilación dinámica que en su momento se buscó desaparecer y de la cual gozan ex rectores, entre ellos, el senador de la República emanado de Morena, Rubén Rocha Moya. Aun así, sus autoridades nunca se rinden y demuestran que no hay imposibles cuando se tiene voluntad.
Aunque no se trata de un problema exclusivo de la UAS, sino que al menos diez grandes universidades del País atraviesan por una situación similar derivado también del incremento en sus matrículas, la Casa Rosalina, sus universitarios y sindicatos destacan por la postura que asumen en medio de éstas problemáticas: construyendo en positivo y tocando puertas donde haya que hacerlo a fin de seguir brindando una educación de calidad que se ve reflejada en sus indicadores.
Es de resaltar que, mientras otras instituciones educativas que en días pasados atravesaron por una grave crisis financiera estallaron en huelga, realizaron marchas, bloqueos y manifestaciones pasando factura a la sociedad al perder clases, entrar en conflicto con gobiernos estatales y federales, la UAS por lo contrario siempre se mantuvo en la vía del diálogo y la negociación pacífica.
“En nuestro caso optamos por mantener la estabilidad y gobernabilidad, y esto significa que los alumnos estén en el aula, que los padres de familia estén confiados de que la institución está impartiendo sus clases, que esté desarrollando investigación, cultura, extensión, etcétera”, explicó recientemente el rector Juan Eulogio Guerra Liera al detallar las gestiones que le permitieron obtener 304 millones de pesos extraordinarios para el cierre de año.
Con el respaldo del gobernador Quirino Ordaz Coppel, el líder universitario demostró tener una capacidad diplomática que va más allá de lo ordinario, logró unificar a la gran mayoría de los universitarios y defender la autonomía rosalina peleando con argumentos contra los gigantes de la política moderna.
“La autonomía al día de hoy ninguna universidad la ha utilizado para evitar ser auditada o no informar sobre los recursos que nos llegan a nivel estatal o federal, si hubiera una universidad que se negara a ser auditada no habría recursos”, explicó el rector al mencionar que este concepto es la base de las universidades.
Otra de las conquistas de Guerra Liera, los universitarios y la Asociación Nacional de Universidades e instituciones de Educación Superior, fue que se respetara el índice inflacionario en el presupuesto de las universidades públicas estatales, ya que éste no venía contemplado generándoles un déficit del 3.4 por ciento.
Para alcanzar este resultado fueron necesarios encuentros con la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la LXIV legislatura de la Cámara de Diputados, en los que, hay que decirlo, no se contó con el acompañamiento de ningún diputado local.