Redacción
La película del Movimiento Regeneración Nacional en Sinaloa continúa suspendida en la escena de la traición, división y venganzas políticas que nada abona a la sociedad; gustan de señalarse mutuamente y el fuego amigo los está quemando.
Para nadie es un secreto que a tan sólo 8 meses de la elección presidencial del 2018, la franquicia de Andrés Manuel López Obrador atraviesa por un panorama de división y encono, aunque lo nieguen sus propios líderes una y otra vez.
La enorme grieta que hay entre los morenistas fue más que evidente el pasado 31 de diciembre durante la discusión del Paquete Económico y Presupuesto de Egresos del Gobierno Estatal del 2019, el cual se presentó con el aval del propio Presidente de la República, revisado por sus hombres y mujeres más cercanos, uno de ellos el “superdelegado” Jaime Montes Salas, quien acudió personalmente a supervisar los trabajos legislativos durante aquella espantosa velada.
El chairismo se volteó y tanto legisladores como activistas de MORENA tundieron duro al representante de Andrés Manuel López Obrador en Sinaloa llamándole traidor, vendido y demás improperios.
Con el capricho de modificar el presupuesto aún por encima de la ley, los legisladores guindas se atrevieron a enfrentar y desafiar a su jefe político pero también le declararon la guerra al gobernador Quirino, quien buscó una salida pacífica al planteamiento ilegal de este grupo que pretendía afectar la operatividad del gobierno estatal y someterlo como poder.
La impugnación que el Gobernador hizo generó reacciones en todos los niveles y llamadas que causaron escalofríos a ciertos morenistas e hizo sentir enanos a ciertos actores políticos que se sentían encumbrados.
Hasta hace algunos días la presidenta de la Junta de Coordinación Política en el Congreso del Estado, Graciela Domínguez Nava, seguía montada en un ladrillo de revanchismos amparándose en una falsa defensa de grupos sociales y privilegiando al poder Judicial el cual está en pugna con el Ejecutivo, sin embargo, tras la flamante defensa del Gobernador y un poco de ayuda a nivel federal parece que las cosas han cambiado y no tardan en admitir su error.
Quirino Ordaz Coppel lleva una buena relación con AMLO y ésta le es correspondida, sin embargo, esto afecta a quienes pretenden crecer su proyecto con miras del 2021, cuando se dispute la gubernatura del Estado. Dicen los que saben que rémoras de un viejo sistema político están operando a través de algunos morenistas que curiosamente ya están estrenando lujosos coches de marca y se les ve con ropa Louis Vuitton, caso como el del diputado Fernando Mascareño que antes fue priístas es de llamar la atención. ¡Viva la austeridad!
La propia diputada federal de Morena, Merary Villegas Sánchez exhortó a sus colegas a dejar el protagonismo y los proyectos personales para enfocarse en lo que realmente importa, pero a los legisladores les entró por un oído y les salió por otro.
Las críticas para con la Diputada no se hicieron esperar y casi unas horas después se evidenció que también trae pique con su colega Yadira Marcos, con quien comparte una oficina de gestoría, la cual pretendía presentar públicamente como suya y de Tatiana Clouthier, pero los simpatizantes de Marcos, le sabotearon la intención dejándola en evidencia y acusándola de querer imponer todo el tiempo su santa voluntad.
Para nadie es secreto que ambas buscan la dirigencia estatal de Morena y que los ataques velados entre ambas han sido recurrentes, pues hay quienes adjudican a Merary la difusión del video donde Yadira Marcos es sorprendida con presuntas bebidas etílicas en el Congreso del Estado el día 31 cuando se discutía el presupuesto del Estado.
Lo anterior confirmaría que la ausencia de un líder en Morena está afectando el proyecto de la cuarta transformación y es urgente que se designe a un delegado estatal que converja con todos los grupos o, de lo contrario, el movimiento político que encumbró a AMLO se desmoronará en Sinaloa.