- La Asociación de Agricultores del Río Mocorito puede caer en bancarrota porque a Aurelio Lugo, no le salen bien las cuentas
Xicoténcatl Barajas
Como si fuera poco la incertidumbre de las políticas agrícolas que el nuevo Gobierno de la República ha delineado para el campo, los productores agrícolas, principalmente los privados de Sinaloa, están molestos porque las dirigencias de organismos tradicionales que fueron creados para la real defensa de sus intereses pretenden ser asaltadas por osados y falsos redentores que se autoproclaman siervos de ellos cuando la realidad es que se han servido con “la cuchara grande”, como se esgrime en el caso de la Asociación de Agricultores del Río Mocorito presidida por Aurelio Lugo Camacho, quien alardea ser protegido del Alcalde de Salvador Alvarado, Carlo Mario Ortiz.
Y es precisamente la gran mayoría de agricultores de la región del Évora los que no sienten una real representación por parte del contador público que ha sido el ajonjolí de todos los moles en esa zona y que ya le dio vuelta al carrusel de posiciones y, ahora, de manera ilusa se apresta a competir por la presidencia de la emblemática Confederación de Asociación Agrícolas del Estado de Sinaloa cuando la AARM está a punto del colapso por malos manejos financieros.
Fuentes que fueron consultadas por este medio de comunicación pero que por temor a represalias omitieron sus generales, vertieron información que advierte de una posible ruina en la Asociación de Agricultores del Río Mocorito si la mala administración con la que se ha conducido sigue, por ejemplo, citaron, la comercialización de 2, 600 toneladas de garbanzo que están embodegadas y que se empiezan a “gorgojear” lo que representaría para el organismo de los productores un devastador golpe a sus finanzas o la pérdida total de sus bienes al haberse caído la expectativa de venta que según Aurelio Lugo tenía “amarrada” en países europeos, por los que se paseó junto con una costosa comitiva a costas del orgnanismo.
El esquema que empleó Lugo Camacho fue el de un vil “coyote semillero” a través del Banco del Bajío con un certificado de depósito para “enganchar” a los productores con anticipos, sin embargo, fue en diciembre del año pasado cuando se venció el convenio y no se logró vender en su totalidad, sino, de manera parcial, habiendo productores del sur de Mocorito, Guasave y Sinaloa de Leyva que cayeron con el señuelo de pignoración que fue avalado por el ex secretario de Agricultura del Gobierno del Estado, Juan Enrique Habermann Gastélum, patriarca del grupo de “los perfumados”.
Este controvertido cabecilla de la región del Évora, dicen que es el mismo que hace años anduvo en boca de los usuarios de riego del módulo 5.2 del Valle de Angostura y no por sus benéficas acciones, sino, por la poca claridad en su desempeño, como fue también el caso del Banco de Agua que ahora representa el sempiterno mandamás del PANAC – 7 de Navolato y Culiacán, Carlos Medina.
Aurelio Lugo por su incapacidad para dirigir la Asociación de Agricultores del Río Mocorito dejó por fuera de la agricultura por contrato 30 mil toneladas de maíz del ciclo 2016-2017 y culpó para salir del atolladero a la Asociación de Agricultores del Río Culiacán arguyendo el arrebato de folios en contubernio con el ex delegado de la desaparecida SAGARPA, Patricio Robles, por lo que los productores siguen esperando su complemento de pago de 3, 800 pesos por tonelada, cuando la realidad fue que él decidió irse por la libre creyendo en obtener más recursos y así timar a los agricultores pagándoles una bicoca.
Desesperado por la situación y al ver que tiene la lumbre en los aparejos, Lugo Camacho busca huir de su área de influencia y ha llegado a pensar que puede ser electo dirigente de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa, por lo que ya está en franca campaña recorriendo el territorio estatal y, para esto, aseguran que tiene como caja chica las arcas del Módulo de Riego 5.2 de Angostura y como comparsas en su aventura trae al Presidente de la trastabillante Asociación de Agricultores del Río Presidio, Octavio Loaiza Torres y a Ricardo Beltrán, dirigente de la Asociación de Agricultores del Río San Lorenzo, ambos partidarios de sus marrullerías.
Pero a Aurelio se le olvida o quiere que se olvide que cuando asumió las riendas de la AARM recibió una deuda manejable de 7 millones de pesos incrementándola hasta la fecha en 45, razón por la que se sabe que son los propios integrantes del Consejo Directivo los que no están de acuerdo en seguir solapando las turbias artimañas con las que se ha conducido, ya que, a la hora de hacer cuentas, estas no serán alegres y es por lo que se supone que renunció el gerente, Jesús Camacho, aunque hay quienes aseguran que fue porque dos agujas no se pican.