- En el melodrama actúan el alcalde, Emmett Soto Grave, Alberto Ramos Corona, Mayra Andrade Padilla y Sergio Vinicio Palomares
- El sufrido y aguantador pueblo es expectante de bochornosas escenas y no ve el progreso
Xicoténcatl Barajas
Cuando los habitantes de la “Perla Camaronera” creyeron haber despertado de la pesadilla que representó el nefasto gobierno municipal del priista Hugo Enrique Moreno Guzmán “El Yiyo” y haber encontrado un respiro para mejorar su calidad de vida, resultó ser una ilusión más y las esperanzas que les vendió MORENA en la persona del actual presidente municipal, Emmett Soto Grave se desvanecen y, como dice el viejo adagio popular: lo que mal empieza, mal acaba.
Así, desde un principio el Ayuntamiento y la administración municipal escuinapense abrió el telón para dar inicio a una función que desborda las pasiones y que mezcla sentimientos encontrados que no le permiten avanzar, en la que los actores principales representan escenas bochornosas que están impactando en la imagen de todo el municipio al hacerse públicos con dimes y diretes temas de índole personal que los salpican entre sí.
¿Por qué Emmet Soto Grave, Alberto Ramos Corona, Mayra Andrade Padilla y Sergio Vinicio Palomares están convulsionando a Escuinapa?
Pues porque es un secreto a voces que más allá del servicio público y el interés por el pueblo y las ideologías partidistas, hay entre estos personajes una serie de resquemores y agravios añejos y, otros más recientes que están perjudicando al pueblo entero.
Y es necesario hacer un poco de historia para entender este capítulo tan penoso en el que los valores más elementales del ser humano: la dignidad y honestidad están quedando de lado por la ambición de poder desmedida.
Cuando el panismo en Escuinapa tuvo su época de gloria fue Alberto Ramos Corona después de Jaime Páez el ícono azul que por practicar la doctrina partidista y su impoluta reputación se volviera un ejemplo dentro de las filas del albiazul a nivel estatal y nacional, además de haber tenido la oportunidad de ser Presidente Municipal, Diputado Local y ostentar otras posiciones, tanto, que tuvo la capacidad de dejar como heredero a Melesio Páez Morales y junto a él a toda una cuadrilla de pupilos, entre los que figuraron Carlos Eligio Inzunza y el propio Sergio Vinicio Palomares Morales.
Con el paso del tiempo, Alberto Ramos fue perdiendo su capital político al obcecarse en la perpetuidad y en vez de tener una retirada airosa y decorosa volvió a meterse al ruedo compitiendo de nuevo por la Alcaldía, pero en esa ocasión ya no encontró respuesta positiva y después del descalabro electoral se conformó con una regiduría, asegurando así un sueldo no despreciable.
La decadencia de su grupo político fue con los años paulatina y a uno de sus integrantes le ganó la ambición del poder e intentó crecer en política, para esto, Ramos Corona por considerarlo parte de la familia por estar unido en matrimonio con su sobrina Mayra Andrade Padilla le pidió al entonces Alcalde, Melesio Páez Morales que lo tomara en cuenta para dirigir el PAN municipal, siendo así como Vinicio Palomares concretó lo que sería su primer paso para escalar, convirtiéndose después en regidor municipal.
Sin embargo, el punto de quiebre entre “el tío y el sobrino” se dio sorprendiendo a los panistas y al pueblo de Escuinapa, pues la división de los dos fue tanta que hasta los tribunales conocieron de ella debido a una propiedad de un bien inmueble que se disputaron Alberto y Vinicio alegando los dos tener derecho sobre él y, desde entonces la espinita les quedó clavada.
Ahora, el destino los vuelve a confrontar, pues Alberto Ramos Corona tiene una relación entrañable y más allá de la amistad con Emmett Soto Grave y se ha convertido casi en su sombra, ya que, mucho se le critica de ser el asesor principal y el mandamás en el municipio, por lo que lo defiende con pasión a capa y espada y, es ahí precisamente donde el “choque de trenes” se está generando con la regidora panista- su sobrina- Mayra Andrade Padilla, a quien el grupo del primer edil señala de estar siendo azuzada por su esposo, el abogado panista Sergio Vinicio Palomares Morales, quien se defiende como «gato bocarriba» y responde los ataques a través de las redes sociales.
Lo cierto es que a parte de todo el melodrama y las bochornosas escenas de ellos, el munícipe empezó a mal gobernar con el pie izquierdo, dando tumbos y las lesiones que le ocasiona al pueblo duelen, además de las heridas que éste tiene y que no ha sabido suturar, como es el caso de la trasgresión constante de las leyes y reglamentos municipales, así como los visibles actos de nepotismo que golpean las raquíticas arcas municipales y la mezcla de pasiones y sentimientos que nada abonan a ejercer un buen Gobierno.