- Es integrante del chamuscado grupo Chilorio Power
Xicoténcatl Barajas
Hechura de su cuñado y padrino David López Gutiérrez “El Pecuni”, que al igual que el siniestro político campeón de las plurinominales del arcaico y rancio PRI, Heriberto Galindo Quiñones, estuvieron en la cúspide con Enrique Peña Nieto que terminó haciéndolos a un lado por su ambición política desmedida, Liliana Cárdenas Valenzuela, ex alcaldesa de Salvador Alvarado sigue escupiendo por un colmillo a sabiendas de que el grupo político “Chilorio Power” al que pertenece está chamuscado y convulsiona las entrañas de la Secretaría de Educación Pública y Cultura.
Con su característico trato despótico y aires de grandeza con prácticas de mandamás, Liliana añora los tiempos idos de poder buscando desesperadamente figurar a costa de lo que sea y como sea, pero haciéndole un flaco favor al gobernador del Estado, Quirino Ordaz Coppel que la rescató al apuntarla en la nómina como subsecretaria de Vinculación de la SEPYC, así como a su esposo como director en la Secretaría de Pesca al lado de Sergio Torres Félix.
Y es allí en esa dependencia donde Liliana Cárdenas pretende sentar sus reales con un ejército de esbirros que están desplazando a los trabajadores de antaño que operan programas en coordinación con la SEP federal poniendo en riesgo la operatividad, convenios y los nuevos acuerdos que ha logrado el mandatario sinaloense con el Gobierno de la República que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Cárdenas Valenzuela, de acuerdo a la información recabada por ¡Aquí Política con Tambora! está tratando de tejer una red de cómplices y orejas para cerrarle el camino en sus aspiraciones al Secretario de Educación Pública y Cultura (su jefe en el organigrama institucional) Juan Alfonso Mejía, quien públicamente ha expresado sus deseos de ser gobernador de Sinaloa.
Liliana Cárdenas ilusamente cree que los tiempos de Heriberto Galindo Quiñones son los que vienen y que Quirino Ordaz está comprometido y se la debe al jactarse que el “Chilorio Power” fue el creador de la candidatura del hotelero mazatleco.
Se le olvida a Cárdenas Valenzuela que los sones que se tocan y bailan en la política sinaloense son distintos a los que se vieron el sexenio pasado cuando Peña Nieto les dio rienda suelta a los de “Chilorio Power”.