A.B.Z.
Aquí en Sinaloa los efectos de la famosa austeridad republicana ya se sienten; el circulante de dinero es poco y los sectores productivos como la agricultura, ganadería y pesca son los más afectados, y tarde o temprano quienes siguen venerando la política amloista se desencantarán al ver que también a sus bolsillos no cae el recurso que antes “rolaba” proveniente precisamente de quienes producen y generan empleos. Todo lo que huela a dinero el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador lo quiere y morena también. Los lamentos cada vez son más recurrentes, por ejemplo, uno de los rubros más golpeados es la industria de la construcción y, quienes componen la cadena de todo este sector hoy se arrepienten de haber sufragado a favor de la esperanzadora cuarta transformación que está resultando ser todo un fiasco, pues no hay obras ni derrama económica y la desestabilización política, económica y social, así como los embates de la violencia ya generan mucha inconformidad. La Universidad Autónoma de Sinaloa también se siente amenazada por la horda de diputados locales que arribaron al Congreso del Estado favorecidos por el efecto AMLO sin imaginar siquiera la función que debe ejercer un legislador y, es por eso, que ya entre ellos se están dando hasta con la cubeta demostrándole a los sinaloenses su carente capacidad en el oficio político, lo que le está perjudicando a nuestra sociedad. Y por si fuera poco, también la 4 T trae un linchamiento en contra de los medios de comunicación y los periodistas que se atreven a criticar o contradecir las erróneas acciones de los gobiernos guindas. La línea desde el centro de la República es denostar y menoscabar al periodismo serio, el tradicional que tiene trayectoria al servicio del pueblo, a ese que ellos llaman de manera despectiva y burlona “chayotero”, a ese que no es ocasional y que se sigue por oficio. Y mientras esto y más cosas suceden la esperanza de México y Sinaloa es una incertidumbre que hace más compleja la eterna lucha del hombre contra el hambre; y nos despedimos con decir que: ¡La Libertad de Expresión es Nuestra Mejor Arma de Justicia Social!