Xicoténcatl Barajas
Gozan de la jubilación dinámica con pensiones que van hasta los 100 mil pesos y no están conformes con la Universidad Autónoma de Sinaloa después de succionar sus finanzas por algunos años y otros que tan solo con 11 de servicio laboral cobran en la institución y en el Seguro Social por haber cumplido su vida productiva.
Casos documentados hay al por mayor, pero los más destacados son precisamente los de un puñado de uaseños jubilados azuzados por Marco Medrano, a quien trasbambalinas mueve el senador de la República Rubén Rocha Moya.
En ellos bien puede aplicar el viejo y conocido refrán de que “maman y dan de topes”, expresión pueblerina que sigue vigente en la región sinaloense y que se utiliza en el renglón ganadero.
Y pues bien, estos inconformes con la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa que vino a hacer de la casa rosalina un ejemplo nacional e internacional, conjugan sus frustraciones con los proyectos políticos del ex rector Rocha Moya en su frenética ambición por gobernar Sinaloa, sin embargo, lo están haciendo de una forma incorrecta que general inquietud en la comunidad universitaria, tanto en los docentes y administrativos, como con los estudiantes.
El objetivo principal según se puede apreciar con las declaraciones de este reducido grupo, es el querer controlar el alma mater y manotear las finanzas que hasta hoy en la actualidad se han venido manejando con trasparencia, incluso, el rector Juan Eulogio Guerra Liera hizo de la UAS el modelo de austeridad del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por lo que sería sano que este grupúsculo que trae el golpeteo renunciara a una u otra pensión y no pegaran doblete, con lo que se sumarían a la austeridad republicana, pues se aprovecharon de la UAS jubilándose como funcionarios.