*Dicen que su facebookero tiene nombre y apellido
Redacción
Si algo caracteriza a la administración municipal de Escuinapa donde mal gobierna el doctor Emmet Soto Grave, a quien le salen mal las operaciones políticas brotando pus desde el interior de su Gobierno, es la intolerancia y el despotismo con que trata a todo aquel que osa en criticar o denunciar sus malas o nulas acciones, pues de inmediato suelta la horda de perfiles y páginas de facebook falsas violando la normatividad de la Secretaría de Gobernación, atacando o defendiéndose como gato boca arriba, buscando con ello reducir el impacto de su mermada imagen.
Soto Grave se exaspera, lo mismo agrede a los periodistas de la fuente local copiando el modelo de linchamiento de AMLO que a sus mismos funcionarios, mayormente si ven en ello algún riesgo de que su Jefe pierda autoridad, pues la intención principal es sostener la simulada unidad a costa de la represión, el chantaje y la amenaza.
Dicen quienes conocen el círculo cercano de maquinación maquiavélica de Emmett Soto, que uno de sus lacayos más soeces es el controvertido Carlos Eligio Inzunza, quien inició en las faenas políticas por obra y gracia de Alberto Ramos Corona, mismo que después lo hizo a un lado por cuestiones muy personales que Soto desconoce, quedando a la deriva en el “mundo matraca.”
Este conocido briago que antes militó en el PAN y del que fue Secretario de Comunicación Social en el Comité Directivo Estatal, a través de diferentes perfiles y portales bajo el anonimato que seguramente le cuestan varios miles de pesos mensuales al municipio opera atacando y denigrando a todo aquel que atente mediáticamente contra la actual administración o, por el contrario, en sus publicaciones buscan ensalzar y encumbrar el poco o nulo trabajo que el arrogante Edil ha realizado en los ocho meses que lleva al frente del Ayuntamiento y que ha puesto a Escuinapa “patas pa arriba”.
Analizando la perversa y conocida redacción de Carlos Eligio se leyeron hace días comentarios mezquinos en contra de la actual Síndica Procurador, Olivia Santibañez y de la regidora Martha López Betancourt a quienes acusó de traidoras, corruptas y desleales, palabras que sólo él las emplea porque las ha practicado.
Para hablar de este jilguerillo hay que recordar su traición a Alberto Ramos Corona, a quien el mandatario municipal le tiene gran aprecio; también la ingratitud hacia José Luis Villagrana Olivares quien en su paso por el Congreso del Estado optó por acomodarlo en el CDE del PAN, partido que hoy rechaza pese a haber sido militante y el cual le dio cobijo e identidad cuando no era nada ni nadie, por lo que se le puede llamar un malagradecido.
Cabe recordar que lo de traidor también se le acomoda muy bien si se toma en cuenta cómo abusando de su poder y confianza del doctor Juan Manuel Lerma Cruz en ese entonces Presidente Municipal y siendo Secretario del Ayuntamiento alteró actas de Cabildo por lo que los regidores exigieron su separación del cargo.
Al no poder sostenerse en el puesto se vio obligado a renunciar y salir por la puerta trasera del Palacio Municipal, lo que puede calificarlo como corrupto.
Llama la atención que tanto el Alcalde como Carlos Eligio tengan pérdida de memoria, pues parecen haber olvidado que Olivia Santibañez antes de servir a esta nefasta administración le fue leal a su Jefe Bonifacio Bustamante Hernández, pero seguramente es la cuota que pagaron para que éste se sumara a la campaña y derrotar así a Hugo Enrique Moreno Guzmán, sin embargo, a lo que se ve perdieron ganando, pues la mazorca de lealtad empieza a desgranarse para volver a sus orígenes.
Puede ser que en el futuro se vea a algunos funcionarios municipales actuales sentados en el banquillo de los acusados, curiosamente por procesos iniciados por la actual Síndica Procurador y demostrar así que sí trabaja.
El proceder de Carlos Eligio en contra de Olivia Santibañez es vergonzoso si se toma en cuenta que fue precisamente Bustamante Hernández quien lo cobijó cuando no tenía cabida en ningún proyecto político, pero hoy se alinea al servicio de los intereses de Soto Grave, mostrando su proclividad a la traición y a la carencia de principios.
No se puede tampoco olvidar como se adhirió a Jorge Hariz Piña luego de llamarlo rata, corrupto y muchas linduras más cuando éste fue acusado de malversación de fondos durante la administración de Ismael Burgueño, pues resulta que ahora no lo ve ni lo oye, al igual que a su finísima amiga, Fernanda Oceguera Burques, a quien no le reclama el caso de las tilapias y menos haberse llevado el dinero de las fiestas del mar de “Las Cabras” en su edición 2018.
Ante esta situación, solo queda preguntar: ¿qué idea le pudo haber vendido al Presidente Municipal para que le confiara información de primera mano para atacar a sus adversarios? ¿Qué compromisos adquirió para lograrlo? o, lo que es peor, ¿estará consciente de lo que implica tenerlo bajo su protección y a su lado?
Emeett Soto Grave tarde o temprano se dará cuenta de la clase de comediante que es Carlos Eligio Inzunza cuando se mete hasta la cocina y entenderá el viejo y conocido adagio popular que reza: “perro que come huevo, aunque le quemen el hocico vuelve a comer.”