- Hostilidad, confrontaciones y descalificativos, son muestra de un claro retroceso en libertad de expresión.
Tras la declaración del presidente López Obrador: «muerden la mano de quien les quitó el bozal», se advierte un inminente retroceso en libertad de expresión, y un mal trato hacia la prensa de parte del Gobierno Federal que se replica en otros niveles, como sucede en las presidencias municipales de Ahome, Mazatlán y Culiacán; advirtió el diputado federal Carlos Castaños.
“Hemos visto cómo se les ha negado el acceso a las ‘mañaneras a los reporteros que cuestionan al Presidente; que hubo una referencia a la prensa de Sinaloa por sus preguntas sobre el fallido operativo del ‘jueves negro’ en Culiacán, cuando no hacen sino pedir las respuestas que todos los ciudadanos quisieran entender”.
Carlos Castaños dijo que ante esta situación, las redes sociales se han volcado en contra de los comunicadores con los hashtags #PrensaSicaria y #PrensaProstituida lo que ha generado un crítico entorno para quienes ejercen el periodismo, por la represión y la falta de libertad de expresión que se ejerce en este gobierno.
“Es lamentable lo que está ocurriendo en México, un país que durante muchos años luchó por tener una verdadera libertad de expresión y este gobierno de 4ta, maneja una actitud muy peligrosa, activando a sus seguidores para que, desde Twitter, critiquen a la prensa que cuestionó al presidente”, expresó el Diputado Federal.
“Sin información, sin la labor que realizan los medios de comunicación, queda aún más vulnerable la democracia de nuestro país”, agregó que los comunicadores han tenido que acudir a las instancias defensoras de los derechos humanos, ante lo común que se está convirtiendo que algunas autoridades les falten al respeto, como ocurrió recientemente en la capital Sinaloense.
Por otro lado, comentó que es alarmante que la cifra de periodistas asesinados se ha incrementado un 18 por ciento de 2014 a 2018, periodo en el que murieron de forma violenta 54 comunicadores, colocando a México como la segunda nación más peligrosa para el ejercicio periodístico, “se requieren mecanismos de protección que garanticen su seguridad”, resaltó Castaños.