ESPEJO; EL REFLEJO DE LA INFORMALIDAD Y DE INTERESES GRUPALES

Xicoténcatl Barajas

Fue a través de una plataforma digital que simula ser un medio de comunicación, paladín del pueblo, pero que no se sujeta a la normatividad de la Secretaría de Gobernación, pues carece de Certificados de Licitud de Título y Contenido, así como  de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo del Instituto de Derecho de Autor de la Secretaría de Cultura, como sicarios de la pluma títeres del clan Clouthier trataron de poner en entredicho  a ¡Aquí Política con Tambora! y a la Universidad Autónoma de Sinaloa por supuestamente sostener contratos de publicidad ilegales, incluso, aseguraron que era fantasma, cuando junto con otros medios son empresas periodísticas bien constituidas.

Pues bien, ese equipo de iluminados periodistas que siempre han estado al servicio de intereses de grupos empresariales y políticos aunque juren y perjuren que son “independientes” y que solo buscan el bien del pueblo, desconocen por completo que los medios de comunicación formales están sujetos a la legislación vigente en la materia, por lo que es la Subsecretaría de Normatividad de Medios de la SEGOB a través de la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematrografía  (RTC) la  que regula a las plataformas electrónicas, y la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Dirección General de Medios Impresos es la encargada de verificar que se cumplan los reglamentos, mientras que los medios digitales, portales web y redes sociales, están fuera de todo marco legal en tanto no se legisle para contemplarlos medios de comunicación o empresas periodísticas, tal es el caso de la REVISTA ESPEJO.

Quienes componen ese sitio web fuera de todo marco legal, aunque facturen y declaren en el SAT, mientras no se apeguen a la legalidad y normas que exige la Secretaría de Gobernación no pueden llamar Revista o medio de comunicación a la plataforma desde la que lanzan ataques a diestra y siniestra sin siquiera conocer cómo se constituye un medio de información lícito.

En este caso, como editor responsable de la Revista ¡Aquí Política con Tambora! invito a los directivos de la Revista Espejo para que, como ellos dicen, de manera transparente no engañen a la sociedad y admitan que el esfuerzo periodístico de ellos carece de todas las certificaciones de la Secretaría de Gobernación y, además, no están inscritos en el Padrón Nacional de Medios, como si lo está RIODOCE y, de eso, Alejandro Sicairos Rivas tiene pleno conocimiento, porque él fue parte del Consejo Editorial y sabe perfectamente que las reglas de la SEGOB son claras y se considera ilegal un medio que circule sin registro ante dicha dependencia.

¿Por qué Alejandro Sicairos ahora sirve a un medio informal llamado Revista Espejo que está al margen de la legalidad? 

De acuerdo a las leyes en materia de medios de comunicación, quedan fuera del marco legal las plataformas digitales como son los sitios web o portales de noticias que están brotando como hongos al calor de los proyectos políticos y, en Sinaloa, la fiebre de la digitalización es una puerta para que empresarios usureros sedientos de poder utilicen a periodistas para que violen las reglas del juego y se conviertan en una competencia desleal actuando como portaleros,  facebookeros, influencers o youtubers que sin mucho esfuerzo ni inversión están acabando con la industria de la comunicación y las fuentes de empleo, denigrando de paso la actividad periodística.

Haciendo una comparación, con ejemplos simples y llanos, se tiene que los productores agrícolas pueden comercializar granos y hortalizas, sin embargo, aunque la mariguana sea agricultura no puede ser facturada por no estar plenamente legalizada.

Similar es el caso que ocurre con los sitios web y redes sociales, ya que no están regulados por la Secretaría de Gobernación, y por lo tanto, los entes públicos que manejan recursos para publicidad oficial no debiesen pautar en ellos, pero la astucia va más allá y los jefes de prensa son sorprendidos porque desconocen el marco legal de los medios de comunicación.

Algo parecido también pasa con los Uber y taxis, pues mientras los transportistas bien reglamentados y concesionados están al corriente con la normatividad, los automóviles de alquiler vía plataforma digitales violan todas las leyes de movilidad del país y los Estados.

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