Xicoténcatl Barajas
Ante la incapacidad e indiferencia del alcalde de Escuinapa, Emmett Soto Grave por hacerle frente a los problemas que aquejan al municipio, los habitantes pidieron a gritos, desesperados, el suministro de agua potable para consumo humano, llegara de donde llegara y de quien fuera, pues mueren prácticamente de sed.
Debido a ello, las voces ciudadanas enardecidas con el munícipe hicieron eco en el vecino y hermano municipio de El Rosario, territorio al que perteneció Escuinapa hasta 1915.
Y fue el alcalde rosarense, el también doctor Manuel Antonio Pineda Domínguez el que de inmediato acudió al auxilio de los escuinapenses, pues consideró que el vital líquido es un derecho humano que los gobernantes deben garantizar a sus representados, cosa que en Escuinapa no sucede.
Y lejos de agradecer el gesto de solidaridad y preocupación del edil rosarense, Soto Grave arremetió en contra de quien fuera su compañero de estudios profesionales en la escuela de medicina, del doctor Pineda, tachando sus acciones como politiquerías cuando la gente de la “Perla camaronera” desea tener un gobernante hecho y derecho, que le atore a los problemas y no los evada saliéndose del municipio dejándolos a la deriva.
