Dos pacientes masculinos, ambos situados en polos opuestos de la vida, vencieron al Covid-19: un joven paciente oncológico de 16 años y un adulto mayor de 62 años de edad, que estuvo intubado y requirió de traqueostomía, recibieron su alta hospitalaria en el Hospital General de Culiacán por su mejoría clínica.
“¡Sí se puede! ¡Sí se puede!” – fue la exclamación a coro de todos los presentes. Entre aplausos y palabras de aliento y fortaleza fueron despedidos por el equipo médico que estuvo con ellos en los últimos días.
El primero en salir al encuentro de sus familiares fue Jaime, un campesino mayor de sesenta años, originario de la comunidad de Jacola, sindicatura de Baila en Culiacán. Lo esperaban con globos de colores y frases de cariño para felicitarlo por su recuperación.
Mientras empujaba su silla de ruedas un camillero, tras un leve titubeo, Jaime alzó su mirada y sus brazos para aplaudir y corresponder los aplausos que le brindaron. Al dirigirse a la salida, visiblemente emocionado hizo varios ademanes, como un saludo que expresaba una inmensa gratitud.
A finales de marzo, justo después de cumplir 62 años de edad, Jaime cursó un cuadro neumónico. Su ingreso fue derivado de un traslado de otra unidad médica y se confirmó que padecía la enfermedad que se adquiere al contagiarse del virus SARS Cov2: Covid-19.
Al presentar síndrome de distrés respiratorio agudo requirió intubación orotraquel y fue tratado como paciente con tormenta de citoquinas. Al tener una recaída se le realizó una traqueostomía para facilitar el paso del aire a los pulmones. Su situación era delicada.
Finalmente, las atenciones y el tratamiento médico lograron su cometido superando Jaime su estado crítico. Al mostrar mejoría clínica recibió su alta hospitalaria para continuar sus cuidados en casa con oxígeno suplementario y rehabilitación física.
Por su parte, Ángel Gabriel, beisbolista de 16 años, paciente oncológico del Hospital Pediátrico de Sinaloa, presentó fiebre, dificultad y aumento de la frecuencia respiratoria dando positivo a la prueba de Covid-19.
Por tal motivo, ingresó al Hospital General de Culiacán donde con el paso de los días alcanzó su mejoría clínica. Al disminuir la fiebre fue tal su progreso que ya no necesito oxígeno suplementario y fue dado de alta para continuar sus cuidados en aislamiento domiciliario. Su mamá lo esperaba con la alegría de ver a su hijo recuperado.
Ahí estuvieron para despedir a los pacientes el médico infectólogo Román Zamora Gómez, el médico intensivista Joel Ortega y el jefe de terapia intensiva Dr. José Rodríguez Millán, así como la administradora del hospital, Rosario Duarte Ramos.