LA CORRIENTE TURBIA DE JAPAC ARRASTRA A LOS MÁS POBRES

+ Deja sin agua y salud a miles de culiacanenses en plena pandemia de covid-19

Xicoténcatl Barajas

“Agua y salud para todos” es el slogan que por décadas ha acuñado la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Culiacán, la cual han representado muchos políticos, más que técnicos y duchos en la materia hidráulica.

Por ella – se dice- han fluido y siguen fluyendo aviadores y también ha sido la agencia de colocaciones de los presidentes municipales que llegan cada trienio y pagan sus compromisos de campaña a quienes les ayudaron, y más grave aún, que no son pocas las voces que siguen expresado que la JAPAC es la caja chica para financiar proyectos políticos.

Todo eso se sabe, es un torrente de versiones que señalan además ríos de corrupción en la construcción de obras hidráulicas y de manteamiento sin licitación, solo por adjudicación directa a empresas constructoras con el consabido moche.

Como gerentes generales han estado al frente políticos que se identificaron con cierto partido, aunque hay otros que son camaleónicos y cambian de color de acuerdo a las circunstancias y conveniencias, tal es el caso del actual Jesús Higuera Laura de raíces cenecistas y priístas, a quien su partido le diera la oportunidad de ser diputado local, líder de la Liga agraria, diputado federal, alcalde de Sinaloa de Leyva y funcionario en gobiernos estatales tricolores, sin embargo, hoy sirve a los intereses aviesos de morena y del alcalde Jesús Estrada Ferreiro.

Y es precisamente esa incongruencia la que ha canalizado a la JAPAC a llevar políticas soberbias y erróneas que se vierten entre la población más vulnerable de Culiacán, caso concreto son los excesivos cobros por consumo del vital líquido que está aplicando y la desatención a los reportes por fugas y reparaciones que hacen los ciudadanos.

La corriente turbia de Higuera Laura y la JAPAC arrastra nada más a los pobres, a esos que tanto pregona el presidente de México López Obrador estar apoyando, les corta el agua en plena pandemia de Covid -19 y las súplicas de los moradores y padres de familia no son escuchadas cuando el personal de la paramunicipal lleva la orden de cortar de tajo el chorro que los mantiene con vida y salud.

Las instrucciones de Jesús Higuera Laura son inhumanas, insensibles a la cruda realidad de crisis que miles de familias de Culiacán están viviendo ante la falta de empleo y recursos económicos para pagar lo más elemental y preciado como es el agua.

El gerente general –aseguran quienes lo conocen bien- no es el mismo que por mucho tiempo se santiguó y persignó ante la sotana del padre rosarense ya fallecido, Melitón Durán de la Lomita, con quien lo unió una amistad que, incluso, aprovechó muy bien para crecer en política y conseguir puestos públicos. 

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