- Ya no venden igual
Redacción
Desde el arribo del tan mencionado Coronavirus, no es ninguna novedad que las redes sociales jugaron de nueva cuenta el papel que a partir de esta década comenzaron a cobrar: la amplia difusión de información basura. Por todas partes al principio de los confinamientos masivos, los famosos clickbailt a diestra y siniestra, embaucaban la atención de una población aterrada, sumida en el completo pánico y la incertidumbre por los días venideros.
Se hizo evidente que una herramienta como las grandes redes sociales cobraron un matiz diferente al propósito original, pues no han faltado y no faltarán quienes quieran hacer de ellas un instrumento de sus propósitos o fechorías. Información de dudosa procedencia, boicoteo social, incitación al odio y una gran apología a la desigualdad, son las consecuencias más devastadoras que han hecho eco en la población a nivel mundial, pero, como en México, siempre, todo cobra su originalidad. Esto se ve más plasmado que nunca y cada día lo vivimos quienes somos ciudadanos de esta nación que poco a poco se ha ido sumiendo en una oscura faceta más de su historia.
No faltaron pruebas suficientes para que las empresas de redes sociales comenzaran a tomar medidas, ya que se ha notado que en los muros de sus usuarios cada vez son menos las supuestas notas informativas, así como su alcance de impacto.
Ahora, se tienen que alinear a las normativas de la comunidad, por ejemplo, Facebook, quien pide un registro para la autorización de publicidad que alcance un rating más arriba que el de las personas con like en cierta página, dicho caso se presenta para los medios de comunicación bien reglamentados, como radio, televisión, periódicos o revistas, que han podido dar un triunfo en esta ocasión contra la competencia desleal que representan los explotadores de portales independientes que circulan como fantasmas pasando por alto toda legislatura.
O, por ejemplo, aquellas ostentosas publicaciones que parecieran de fantasía, vendiendo puro humo y la peor parte, mal informando a grandes cantidades de usuarios internautas, quienes se dejan hechizar por una pomposa retórica que al final no hace sino distorsionar la realidad de los hechos que actualmente se viven.
México, se ha visto convulsionado por la desmesurada circulación de información política, que divide a sus ciudadanos, enalteciendo y normalizando el odio común a escala masiva.
Pero, al parecer, se les cebó, ya que el alcance que ahora presentan no se compara con la rimbombante cantidad de likes y visitas de las que se sentían como millonarios de la atención. Suena menos el nombre de quienes proporcionaban los grandes espectaculares para las masas, enhorabuena, dado que, se inundaba toda red social con información chatarra, que solamente caldeaba los ánimos, no aportando nada provechoso para salir adelante de esta crisis a nivel global que se padece hoy en día.
Una especie de contaminación informativa que se está combatiendo, similar a la visual que se ve en las grandes ciudades como en Culiacán, con los enormes rostros o anuncios por doquier. Con las nuevas estrategias para generar un ambiente pacífico de convivencia virtual, y su auge debido a las condiciones sanitarias, esperemos sean resultados positivos para no sentirnos invadidos por tantas primeras planas o el sensacionalismo desmesurado de aquellos quienes quieren hacer un emporio a través de la fayuca periodística.
