* El empresario tiene como propósito el bien común de los culiacanenses
Redacción
De entre las sombras y los turbios caudales de una política opacada en las tinieblas, donde unos a otros se tiran “la bolita” con el único propósito de sacar ventaja de la población, el empresario culiacanense ha surgido como un rayo de luz y esperanza que penetra en las más profundas necesidades de una ciudadanía víctima de los intereses políticos, ajenos a las demandas que éstas imploran en plena crisis sanitaria.
Con la entrega de apoyo alimenticio, económico y el contacto humano, directo con el ciudadano en emergencia, ha sido la confirmación de su generosa campaña de ayuda a raíz de la pandemia mundial, dejando en claro también sus palabras: “las necesidades de la ciudadanía se deben de atender con hechos y no palabras”.
Un modelo humano sumamente ejemplar, pues no lo piensa dos veces cuando se trata de brindarle la mano al desfavorecido, entre algunas de sus labores altruistas encontramos la donación de 500 kilos de pescado en la sindicatura de Costa Rica y la colonia antorchista, sumando un total de 31 toneladas entregadas, 30 mil despensas en el refugio de “El Buen Samaritano A.C”, pero más allá de estos recursos que son sumamente indispensables, la figura de un nuevo de político con valores y ética, emerge como una propuesta que viene con fuerza a ser tomada en cuenta en el panorama de las próximas decisiones electorales del 2021.
No solo con la increíble dotación en toneladas de víveres para la alimentación de cientos de familias necesitadas, a quienes el Covid-19 no ha dado tregua, en el centro y alrededor de la ciudad de Culiacán, Barrantes, ha demostrado que la política no solo se realiza en la comodidad de una curul y vociferando a diestra y siniestra, palabras que el viento se lleva y no valen nada, sino que, ha puesto su persona en acción, escuchando al ciudadano que se ve azolado por la falta de ayuda, dejando en claro que no todos los políticos son retratos siniestros a la cuales temer y sí personas como las que el noble y humano empresario ha estado representando en estos tiempos de catástrofe.
“Todos Somos Culiacán”, dice, aunque desconocido en el panorama político, eso no demerita la gran laborar llevada a cabo por él y, con sus claras aspiraciones a la alcaldía, Barrantes, pone en la mesa una renovante y original propuesta política integrativa e incluyente, donde todos los habitantes de la ciudad y sus alrededores se vean representados, con la firme voluntad de llevar a la capital sinaloense a su esplendor, el cual no ha sido sacado a relucir por quienes han manoteado el poder estos últimos años y que no han allanado los problemas que tanto mal hacen a la comunidad culichi.
«Quiero ser Alcalde de Culiacán, porque sé que hay mucho que hacer por mi ciudad, de llegar a ser candidato estoy consciente que tengo un arduo trabajo, necesito realizar un papel relevante por mi ciudad», reitera en cada colonia popular o en la zona rural del valle y la sierra a donde se para.
Personas como él que asumen compromisos en pro de proyectos que beneficien al civil, son las que deben estar en las boletas de las próximas elecciones, ya que, son la vía de acceso al triunfo ciudadano y la democracia.