Xicoténcatl Barajas
Fiel a su costumbre, despotricar en contra del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado que le ha dado hasta lo que no, Yesenia Rojo Carrizoza parece decir «debo no niego, pago no tengo».
Esto, debido a que como a cualquier trabajador sindicalizado que hace valer sus derechos y ejerce créditos para que sean descontados vía nómina de acuerdo a la solvencia financiera y a un tabulador que sirve para medir la capacidad de pago, ella accedió con la firma y aval de anteriores dirigencias a préstamos impagables que ahora la asfixian y desesperada recurre a la difamación de la actual dirigente Teresita Ochoa.
En su momento, Yesenia Rojo Carrizosa fue beneficiaria predilecta y gozó de prestaciones excesivas valiéndose de su cercanía y relación con los mandos sindicales.
A ella no le importó – dicen algunos trabajadores que la conocen- que hubiera compañeros esperando turno para poder obtener algún crédito, sin embargo, haciendo gala del tráfico de influencias se llenó de deudas que creyó le serían » condonadas» por sus antiguos líderes.
Hoy que se ven reflejados los descuentos en su talón de cheque, se asusta y emprende una argucia legaloide, tal vez, queriendo generar un » pleito ratero» para que la deuda se olvide.
Sin embargo, el dinero que ya gastó y que no alcanza a pagar es de todos los trabajadores sindicalizados del Gobierno del Estado y, muchos de ellos, están liquidando conforme a derecho con los descuentos respectivos, esos que ahora Carrizoza arguye que son abusivos y fuera de toda proporción.
Pero como dice el viejo y conocido refrán: » o todos coludos o, todos rabones».
Entonces, a ¡pagar pues!
