LAS ENFERMERAS DE MARIO ZAMORA

Conforme iba caminando, Mario Zamora veía alzarse una y otra mano. Eran mujeres queriendo hablar con él. Eran enfermeras dolidas por carencias en el sector Salud.

El próximo gobernador de Sinaloa le hacía frente a un tema sensible a causa de la pandemia de Covid-19. Decenas de trabajadoras y trabajadores de la Salud sostenían una reunión con el candidato de la coalición Vamos por Sinaloa.

Guadalupe Rubio es una sobreviviente del coronavirus. En agosto de 2020 se infectó. Estuvo un mes hospitalizada en Los Mochis. Luego pasó cuatro meses con su oxígeno.

Se disculpó por sus palabras agitadas, pero las secuelas del Covid no la dejan en paz. Es enfermera con 33 años de servicio. Originaria de Guasave, con plaza en el Hospital Psiquiátrico, llegó a la reunión para apoyar a Zamora.

Mario Zamora siguió caminando entre las enfermeras. Escuchaba las peticiones, las inquietudes. Atendía las sugerencias.

De pronto, acá a un costado otra enfermera intervino. No habló por ella. No pidió por ella. Ya otras compañeras habían llevado y traído solicitudes.

“Mis compañeras ya dijeron las necesidades pero yo quiero pedirte el medicamento para nuestros pacientes porque nos da tristeza que lleguen y se vayan con las manos vacías. Te encargo mucho. Sé que vas a ser gobernador. Te conozco. Sé que eres de palabra. No desampares a nuestros pacientes que por ellos estamos y luchamos. Que el medicamento no falte para nuestros pacientes. Te encargo mucho. Y estamos contigo”.

Era la voz de la vocación, más que la profesión. Es esa la enfermera que defiende al enfermo y luchar por él ante el desabasto de medicinas que padecen la mayoría de los hospitales del estado.

“Como gobernador voy a venir a sentarme con ustedes para que juntos tomemos las mejores decisiones. Esa es la actitud”.

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