Xicoténcatl Barajas
El grupo político del ex presidente municipal de Culiacán, Aarón Rivas Loaiza, representado por su operador Noé Heredia Ayón, sembró un árbol de la esperanza en la vieja macetera de la explanada de la sede estatal del Partido Revolucionario Institucional.
Este, sustituye al frondoso y viejo ficus que murió casi a la par de la derrota electoral del 6 de junio y que fue derribado por un ventarrón al iniciar la temporada de lluvias.
En ese lugar, el follaje y la sombra del desaparecido arbusto fueron testigos de innumerables victorias, amarres políticos, derrotas, emociones y sentimientos encontrados de varias generaciones de políticos que vieron nacer sus proyectos y otros que derramaron hasta lágrimas cuando la bendición de la cúpula no les favoreció para ser candidatas o candidatos.
Soñadores, constructores de castillos políticos en el aire, periodistas, líderes de colonias ya extintos, brigadistas, militantes y simpatizantes, “chaqueteros”, el bolero Armando que le dio lustro a zapatos de políticos de distintos niveles, de las mejores marcas y a muchos con las suelas gastadas porque hacían trabajo de tierra, todos ellos se beneficiaron con la sombra del árbol que ya no está.
Ahora, hay quienes de manera irónica hacen leña del árbol caído, cuando sus ramas les dio mucha vida y riqueza, sin embargo, son pocos los que se atreverán a regar y ver crecer el de la esperanza, esa que muere al último, porque hay priístas por convicción y no de conveniencia que siguen firmes y creyentes de que una vez más renacerá un nuevo PRI, esa es la clave y el mensaje.
