Redacción
Recientemente el presidente de la república mexicana, Andrés Manuel López Obrador, revivió la polémica que tiene con los diferentes gobiernos estatales a lo largo y ancho del país, los cuales en su mayoría son representados por partidos de oposición a su proyecto de transformación nacional.
La orden para los próximos gobernantes electos es muy clara y AMLO parece que no se anda con rodeos, pues el mandato de una auditoría a los salientes representantes públicos pone en jaque a varios de ellos, quienes estos últimos tres años han luchado a capa y espada para defender diversos intereses amenazados por las políticas federales del mandatario nacional.
Tal es el caso de Chihuahua, con el gobernador Javier Corral Jurado o, en Tamaulipas con Francisco Javier Cabeza de Vaca, este último quien constantemente acusa al presidente y a sus afines de una persecución política, en dicho Estado el Movimiento de Regeneración Nacional también ganó de manera contundente.
Tocará esperar para observar cuales serán las jugadas que se emitan desde el Palacio Nacional en la capital de México, pues con un país pintado completamente con los colores de la 4T, los políticos estarán bajo la sombra acechante de MORENA quien busca sacar al sol todos los trapos sucios y dejar limpio el camino para sus proyectos sin la interferencia de grupos opositores a quienes intimidan demostrándoles que tienen las redes del poder en sus manos y como arma ejecutora la unidad de Inteligencia Financiera.
También se encuentran en la incertidumbre aquellos gobernadores que toman el papel de anfitriones de lujo y que reciben a AMLO como un monarca absoluto en cada una de sus giras presidenciales, pues ahora con dichas declaraciones no están completamente seguros si las negociaciones que hicieron en campaña con los candidatos morenistas a quienes les entregaron todas las riendas de los distintos poderes y que arribarán el próximo primero de noviembre cumplan sus compromisos o, si la palabra del tabasqueño pese más que la aparente amistad que han forjado.