Redacción
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador sigue realizando una serie de reacomodos polémicos en su gabinete y en distintas dependencias de gobierno, movimientos que se vienen dando desde el inicio de la segunda mitad del año 2021.
Lo que más ha causado polémica son las jugosas ofertas laborales para algunos gobernadores salientes catalogados como privilegiados y provenientes de los añejos partidos del PRI y del PAN que, AMLO ha combatido durante toda su vida política, lo que deja ver -sin duda alguna- que el tabasqueño busca aliados para perpetuar su gobierno durante los 3 años que le restan porque sus esbirros no hay cumplido las expectativas planteadas.
Descalabrando moralmente a la oposición, pero también llevándose de corbata a la militancia de MORENA nacional y, sobre todo, a aquellos fervientes ciudadanos que han sido los artífices de los triunfos de este partido los últimos años y que parecen haber sido despojados de ellos, el panorama político se vuelve aun más complejo y difícil de interpretar, dejando de lado la fácil conclusión especulativa de un posible arreglo de favores, por lo que resulta difícil para el ardiente fanatismo morenista pasar ese trago amargo por este tipo de acciones.
Queda claro que las decisiones de López Obrador son transmitidas en otra sintonía, diferente a la de su partido de origen, burlando también los golpes de una supuesta bancada opositora, significando que su paso por la presidencia de la república mexicana será un antes y un después en la gestión pública, pues ha demostrado que las bases se rompen fácilmente y no hay un código que pueda retener los deseos de poder, siendo fácil redibujar el mapa a diestra y siniestra constantemente.
