- Morenistas quieren ver caer su imperio caciquil para construir el de ellos
Xicoténcatl Barajas
En 1988 Daniel Amador Gaxiola siendo un maestro de gis incómodo que detestaba las corruptelas y mañas del desaparecido profesor Juan Rodolfo López Monroy quien se había adueñado de la sección 53 del SNTE, formó una agrupación antagónica a lo que él consideraba un cacicazgo que tenía estancado el crecimiento del magisterio sinaloense y que debía caer.
Apoyado por muchos maestros afines a sus ideales de buen samaritano, el nativo de Casas Viejas, Elota fundó el Frente Amplio de Defensa Sindical (FADES) que con el paso de los años lo convertiría también en un cacique sindical como al que él combatió enemistándose con la vetusta Elba Esther Gordillo Morales que, fuera la protectora de López Monroy y a quien Danielharía su comadre después de aquellas manifestaciones en las que sus porros y gorilas coreaban por las calles de Culiacán: ¡queremos a la Gordillo, para hacerla picadillo!
Esos episodios de desmanes y disturbios orquestados por él, ahora los está viviendo en carne propia, con distintas formas, pero con el mismo fin, acabar con su industria magisterial y política fincada a través de la distancia del tiempo, 33 años para ser exactos, con la diferencia de que hoy existen las redes sociales y muchos medios de comunicación que dan cuenta del peso político que tiene el gobernador izquierdista Rubén Rocha Moya para desmantelarla.
Y es en las entrañas del Congreso del Estado en donde los maestros disidentes planean los embates con el apoyo del líder de la Junta de Coordinación Política, el diputado Feliciano Castro Melendrez que, con la colaboración de ex cómplices de Amador Gaxiola como el profesor Ángel Piña y otros “renegados” que también saborearon las mieles del poder junto con el elotense, quieren ver caer el imperio caciquil para que nazca otro de la ideología morenista y que sea comparsa de los intereses de los nuevos jerarcas de Sinaloa.
El primer “garrotazo” que le pegaron en la nuca al líder moral de la sección 53 del SNTE fue derrotar en las urnas a su hijo Tomás Amador Carrasco, quien fue objeto del repudio social de los elotenses a las acciones impositoras de su padre al querer de manera enfermiza hacerlo presidente municipal de Elota.
Después, ya ungido el doctor Rubén Rocha Moya como jefe del ejecutivo estatal, le quitó el control de la dirección del ISSSTESIN que ostentaba su compadre Jesús Ernesto Delgado “Chuneto”, una institución que por años fue manejada como botín y caja chica al antojo de Daniel Amador, quien tampoco tuvo empacho para poner de dedazo a los dirigentes seccionales.
Lorena Álvarez Gámez, Lourdes Sarabia, Oscar Octavio Beltrán Ruiz, Silvino Zavala Araujo, Germán Contreras García y Fernando Sandoval Angulo, fieles escuderos de los intereses amadoristas y, algunos de ellos, recompensados por el Partido Revolucionario Institucional con senadurías, diputaciones federales, locales, regidurías y hasta el mismo Daniel Amador Gaxiola que se sentó en las curules y en la silla del Palacio Municipal de Elota.
Todas esas canonjías fueron posibles por los chantajes políticos y la utilización de los maestros como moneda de cambio, quienes ilusionados por la adquisición de alguna plaza laboral trabajaron campañas tras campañas y se humillaron hasta practicando el besamanos que año con año hacían a Daniel Amador en su fiesta de cumpleaños en las playas del ejido Rosendo Niebla y en Celestino Gasca del municipio de Elota.
Allí, desfilaban con regalos en mano y peticiones los profesores de muchas partes del Estado, soportando desvelos, viajes largos y calores en pleno septiembre para estar en la convivencia a la que era invitada de manera especial aquella poderosa clase política priista que está casi extinta.
Hoy, son otros tiempos, y los morenistas se regocijan haciendo alarde del dicho que de que, muerto el Rey, vive el Rey, por lo que iniciaron una encarnizada guerra por el poder magisterial liderada por la pareja política del momento, Graciela Domínguez Nava, secretaria de Educación Pública y Cultura y el diputado local y líder del Congreso, Feliciano Castro Melendrez, quienes siguen al pie de la letra las indicaciones del gobernador Rubén Rocha Moya que no se dejó chantajear por el viejo grupo de Daniel Amador Gaxiola que, pudiera ser medido con la misma vara con la que él midió al fallecido líder sindical, al concordense Juan Rodolfo López Monroy.
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