- Manchan la imagen del gobernador Rocha
Xicoténcatl Barajas
Con casi una veintena de averiguaciones previas y carpetas de investigación vigentes por delitos como fraude, abuso de confianza y otros relacionados con las actividades del campo como es la comercialización de cosechas e insumos agrícolas, Aurelio Lugo Camacho, quien desde hace años ha manejado a su antojo la Asociación de Agricultores del Río Mocorito y sostenido un control absoluto en el módulo de riego 5-2 del valle de Angostura, está impulsando el proyecto del aspirante a la presidencia de la Asociación de Agricultores de Río Sinaloa Poniente en los municipios de Guasave y Sinaloa de Leyva, Eucario “Caro” Ortiz.
Lugo Camacho, a quien se le conoce como “El licenciado”, ha sido el ajonjolí de todos los moles en la región del Évora y ya le dio vuelta al carrusel de posiciones y, ahora, decidió ir por la revancha y se apresta a competir por la presidencia de la emblemática Confederación de Asociación Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES) haciendo mancuerna y compromisos con el agricultor guasavense, quien sin empacho alardea tener el respaldo del secretario de Agricultura del Gobierno del Estado, ingeniero Jaime Montes Salas – según por línea del gobernador Rubén Rocha Moya- para llegar a la representación de la AARSP.
La negra historia de Aurelio Lugo Camacho es muy conocida en el sector agrícola de los municipios de Angostura, Salvador Alvarado y Mocorito, por lo que son muchos los agricultores que no dan un solo cacahuate por él, ya que, la Asociación de Agricultores del Río Mocorito que por años ha saqueado como su caja chica se encuentra en la ruina por malos manejos financieros y a punto de perderlo todo.
Aurelio Lugo fue el artífice de un fallido esquema de comercialización con el que se perdieron 2, 600 toneladas de garbanzo que fueron embodegadas y que se “gorgojearon” lo que representó para el organismo de los productores un devastador golpe a sus finanzas y casi la pérdida total de sus bienes al haberse caído la expectativa de venta que según tenía “amarrada” en países europeos, por los que se paseó junto con una costosa comitiva a costas del organismo sin regresar con los resultados esperados.
El impulsor de “Caro” Ortiz actuó como un vil “coyote semillero” a través del Banco del Bajío con un certificado de depósito para enganchar a los productores de garbanzo con anticipos, sin embargo, se venció el convenio y no se logró vender en su totalidad, sino, de manera parcial.
En ese entonces hubo productores del sur de Mocorito, Guasave y Sinaloa de Leyva que cayeron con el señuelo de pignoración que fue avalado por el ex secretario de Agricultura del Gobierno del Estado, Juan Enrique Habermann Gastélum, patriarca del grupo de “los perfumados”, quienes ahora pretenden aventar al ruedo para la competencia por la CAADES al ingeniero Enrique Rodarte Espinoza de los Monteros, presidente de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán.
Este controvertido redentor de los hombres del campo es el mismo que hace años anduvo en boca de los usuarios de riego del Banco de Agua que representó el ex presidente del PANAC – 7 de Navolato y Culiacán, ingeniero Carlos Medina y también el que por su incapacidad para dirigir la AARM dejó por fuera de la agricultura por contrato 30 mil toneladas de maíz del ciclo 2016-2017, culpando para salir del atolladero a la Asociación de Agricultores del Río Culiacán, arguyendo el arrebato de folios en contubernio con el ex delegado de la desaparecida SAGARPA, Patricio Robles, por lo que a los productores no se les pagó el complemento de 3, 800 pesos por tonelada, pues fue él quien decidió irse por la libre creyendo obtener más recursos y así poder timar a los agricultores pagándoles una bicoca.
Esa situación metió a Aurelio Lugo en aprietos al tener la lumbre en los aparejos y desesperado buscó huir de su área de influencia y pensó que llegaría a ser electo dirigente de la CAADES, por lo que recorrió el territorio estatal como ahora lo vuelve hacer pero embaucando a Eucario Ortiz y sus pocos seguidores, quienes al parecer están convertidos en partidarios de sus marrullerías, las cuales, de llegar en un caso muy remoto a las representaciones tanto de la CAADES como de la AARSP serían un peligro para los agricultores, tal y como lo es Octavio Loaiza Torres en la Asociación de Agricultores del Rio Presidio.