Xicoténcatl Barajas
Singular en su forma de hacer política, polémico para unos y certero con sus dichos para otros, pues con ellos ejemplifica y retrata para el pueblo las situaciones del contexto político contemporáneo que se vive en México, Sinaloa y, particularmente en Culiacán.
Serapio Vargas Ramírez, el diputado local morenista que genera reacciones, levanta ampolla -como se dice de manera coloquial – y no es para menos, pues ha puesto el dedo en la llaga no solo con temas legislativos, sino, con otros muy importantes que tienen que ver con los intereses colectivos de la sociedad y del sector agrícola y ganadero.
Presidente de la Comisión de Asuntos Agropecuarios en el Congreso del Estado, con una trayectoria de lucha izquierdista que inició en su época de estudiante cuando formó parte del Frente de Defensa Dr. Salvador Allende (FESA) que resistió los embates del gobierno autoritario de Antonio Toledo Corro quien, en ese entonces utilizó al licenciado Jesús Estrada Ferreiro como subprocurador de justicia para “empapelar” a los jóvenes manifestantes por supuesta conspiración y disolución social.
Eran los tiempos del rectorado en la UAS del extinto Audómar Ahumada Quintero, cuando el preparatoriano Serapio Vargas con todo el brío de su juventud no se dejó intimidar por las represalias del gobierno estatal al que acusó de ser hasta el causante de desapariciones forzadas de integrantes de la comunidad estudiantil que ejercían la libertad de expresión y que buscaban el respeto de la autonomía universitaria, además de que sus derechos no fuesen pisoteados.
La brega del navolatense siguió por años y, hasta la fecha, es aguerrido y combativo, así como combatido por sus detractores políticos que lo sienten como una piedra en el zapato por sus incómodas acciones que están sustentadas en la doctrina morenista que pregona el presidente Andrés Manuel López Obrador pero que son de alto contenido social –asegura- porque él entiende que primero son los pobres.
Y es ahí donde está la disyuntiva entre el legislador y algunos de los que se dicen ser parte de la cuarta transformación, como es el caso del presidente municipal de la capital del Estado, Jesús Estrada Ferreiro, a quien Vargas Ramírez señala de ser dueño de una pobreza académica, insensible con las clases sociales y con las necesidades de los culiacanenses, por lo que empleó el dicho de que: los coyotes se atacan con lobos.
Muestra de esto, lo representa la controversia por los descuentos del 50 % del consumo de agua potable para los jubilados y pensionados que por ley aprobaron los diputados y que fue publicada en el Diario Oficial del Estado de Sinaloa por el gobernador Rubén Rocha Moya, situación que no le agradó al munícipe, quien mostrándose e intolerante e insolente con los actores políticos involucrados ha desafiado al poder ejecutivo del estado y al legislativo, pero más grave, desacata la ley y puede ser desaforado o, enfrentar las consecuencias jurídicas de lo que puede ser la constitución de un delito.