Xicoténcatl Barajas
Encarnó por muchos años a el “licenciado Barrios” caracterizado en la película “entre abogados te veas” por Armando Calvo, la cual fue rodada en los años 50 y en la que el aboganster usó todo tipo de leguleyas, juicios legaloides y tretas para hacer triquiñuelas hasta que la justicia divina lo alcanzó, aun y cuando confiaba en sus chanchullos para no entrar a prisión en el temido Palacio Negro de Lecumberri, lugar al que mandó hasta inocentes después de “empapelarlos” con sus argucias para con el tiempo caer a la casa del jabonero, esa donde el que no cae resbala.
Así, el ahora desaforado Jesús Estrada Ferreiro no quiso caer en su propia trampa, esa que promovió en campaña junto con sus aliados morenistas para poner fin al fuero de los gobernantes y que fuesen juzgados como cualquier hijo de vecino y prefirió convertirse en un prófugo de la justicia.
Hoy, la “Ley del garrote” lo persigue por haberse puesto con “sansón a las patadas” y, como dice la vox populi, dejó los pelos en el alambre al cruzar a los Estados Unidos de Norte América, país con el que López Obrador ha puesto en riesgo las relaciones diplomáticas al liderar a naciones izquierdistas que no fueron invitadas a la famosa cumbre de las américas y que han lanzado una serie de ataques al presidente Biden.
Estrada Ferreiro sabe que la “ley del garrote” se aplica a los desalineados y se estira para los que aunque tengan faltas se portan mejor porque al parecer él cometió los tres pecados capitales de la cuarta transformación: mintió, traicionó y robó.
Ya conocida la votación unánime de los diputados locales de Sinaloa, Jesús Estrada Ferreiro pareciera buscar asilo político en el vecino país del norte, dejando una convulsión política histórica en la capital sinaloense y llevando consigo mucha información que pudiera ayudarle o, perjudicarle, pues así lo dejó entrever en sus desesperadas declaraciones que fueron video grabadas por él y difundidas en sus redes sociales.