Xicoténcatl Barajas
Tuvo una relación más allá de la amistad con el ex diputado panista Martín Salvador González, de quien se convirtió hasta en su sombra durante las lides panistas mazatlecas, pero cambió de rieles cuando el bullanguero municipio se convulsionó en el trienio de la locura del desaforado presidente municipal Jorge Alberto Rodríguez Pasos.
El nativo de las Iguanas Concordia y licenciado en Ciencias de la Comunicación se arrimó al Partido del Trabajo cuando apenas tomaba forma en Sinaloa por obra y gracia de Ezequiel Reynoso Esparza, Jorge Luis Sañudo, Raúl Elenes y Mony Arellano.
A ellos les vendió la idea de que en Concordia tenía los contactos para posicionar al PT en ese serrano municipio, haciéndolo regidor municipal a él y luego a su esposa.
Con los años, llegó a Sinaloa desplazando a todos los talacheros petistas el lépero chilango Leobardo Alcántara, sacando casi a patadas a Juan Carlos Patrón que se había enquistado en ese instituto por conveniencia y quien también fue demandado penalmente por un joven según por acoso, de acuerdo a los datos históricos y escándalos de aquella época.
Así, abandonó el partido que le abrió las puertas cuando hizo pininos como político de poca monta para irse a MORENA, colándose hoy como diputado local y, por si fuera poco, tuvo la desfachatez de igualarse con el gobernador Rubén Rocha Moya, pues le expresó en un evento público que también él era gobernador pero indígena sin acreditarlo.
“Vamos hablando de gobernador a gobernador”, le espetó para sorpresa de propios y extraños que no lo vieron vestido como indígena puro, tampoco usando calzón de manta ni calzando huaraches de tres puntadas.
Además, murmuraron los asistentes en el acto que por su apellido Patrón parecía más cacique o “coyote semillero” como aquel ex diputado que sigue impune saqueando a los campesinos.