Xicoténcatl Barajas
Los señalamientos de actos de corrupción, abuso de poder y el ejercicio indebido de funciones pasaron a la etapa legal, es decir, a las demandas penales por parte de los propios regidores municipales de Mazatlán en contra del alcalde, incluyendo los posicionamientos del morenista, Roberto Rodríguez, quien es defensor de los intereses de los mazatlecos ante las aberraciones y el descarado tráfico de influencias y corruptelas de Luis Guillermo Benítez Torres.
Temas relacionados a la opacidad de información presupuestal, desconocimiento del destino de los recursos públicos y actos legaloides para sustraer dinero del pueblo y desviarlo a otros fines sin importar que estos estén etiquetados, son los que el regidor de MORENA ha vertido a los medios de comunicación y ventilado en las sesiones de cabildo.
Roberto Rodríguez lo hace porque el tema no es político, sino, de carácter legal, pues no se puede tapar el sol con un dedo cuando a la vista de la sociedad los actos deshonestos del Químico Benítez y secuaces saltan a diario.
Los postulados de la cuarta transformación: no mentir, no robar y no traicionar parecen no importarle al polémico alcalde que ya hizo explotar una pócima de corrupción tremenda en el puerto.
Casos específicos como la compra indebida de las luminarias por las que se pagaron estratosféricas cantidades de dinero -más de 500 millones de pesos- sin llevar acabo el debido proceso de licitación y el gasto sin comprobar de otros 120 millones por parte del director del Instituto Municipal de la Cultura en tan solo seis meses, son las gotas que derramaron el vaso de la corrupción y por las que el presidente municipal puede ser desaforado por el Congreso del Estado y “empapelado” para enfrentar las consecuencias jurídicas de los delitos que la Fiscalía General del Estado le puede configurar.
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