Xicoténcatl Barajas
La prematura aspiración presidencial de quienes conforman el círculo más cercano del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha causado un replanteamiento del paradigma político en la nación, pues, los actos anticipados de campaña, abiertamente en contra de la ley electoral por parte de sus corcholatas, ha fragmentado la opinión pública y subvertido el estatus de gobernabilidad a lo largo y ancho del territorio mexicano.
Destacan principalmente el apoyo a tres personajes en puestos clave; Marcelo Ebrard Casaubón, Canciller del país, Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno de la ciudad de México -un bastión indispensable para MORENA-, y Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación y la mano derecha de operatividad política de AMLO.
Sinaloa, no ha estado exento de esta disputa mediática e indirecta, pues la región más importante del pacifico norte es la joya de la corona que necesita cualquiera de estos aspirantes para poder concretar gran parte de sus proyectos, pues es un factor indispensable de gran relevancia económica y gobernabilidad.
Los simpatizantes de las “corcholatas” han comenzado a operar en distintas partes del estado sinaloense, facciones que buscan acaparar el apoyo político y ciudadano para quien consideran será el sucesor de López Obrador.
El norte, centro y sur de Sinaloa se han fraccionado por completo, y las disidencias políticas se han manifestado tanto en las entrañas del aparato gubernamental como fuera de este.
Políticos sinaloenses, algunos muy apuntados de manera anticipada, ya se han levantado como propuesta para ser la bisagra o el portavoz de alguno de estos “presidenciables”, por supuesto, con la intención de tener a sus manos el control del Estado y repartir el pastel, abriendo en la política estatal viejas y nuevas rencillas que amenazan la gobernanza entre los distintos sectores que conforman la estructura social.
Ante este panorama, Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, ha sabido navegar las aguas tempestuosas y tratar a quienes se han encargado de llevar a cabo esta encomienda, concentrándose en la medida de lo posible en su trabajo como el ejecutivo estatal, sin descuidar la gobernabilidad de su territorio.
Si bien Rocha Moya no ha entrado en conflicto directo en apoyo a uno de estos aspirantes, mucho otros protagonistas del quehacer político sí, específicamente la muestra más clara se dio en las elecciones internas de MORENA, donde se buscó acaparar el mayor número de consejeros a favor de Ebrard Casaubón, López Hernández o Sheinbaum Pardo.
Un conflicto que tendrá resolución cuando se elija formalmente al candidato oficial. Para entonces las fichas que se han comenzado a mover deben tener listo el terreno propicio para quien sea bendecido con dicha oportunidad. Mientras tanto, la clase política da una vez más muestras de la lucha del poder por el poder, sin importar la ideología que pregonen y el color partidista que ostenten, porque los intereses grupales y personales están por encima del pueblo.