Redacción
Acorralado por la presión de diversos grupos sociales críticos a sus irregulares prácticas, también por parte del ejecutivo y políticos rivales, Luis Guillermo Benítez Torres, alcalde del municipio de Mazatlán se “dobló” y canceló la licitación multimillonaria para la adquisición de luminarias que había concedido a la empresa Azteca Lighting.
Temeroso de que se replique la fórmula que mandó al exilio político a Jesús Estrada Ferreiro, Benítez Torres ha cedido de mala gana, pero con tal de mantenerse en el poder y tratar de arañar más del erario público ha decidido perder esta partida.
Son numerosas las anomalías suscitadas en la administración mazatleca encabezada por este ex morenista, dado que, incluso el partido que lo llevo a la presidencia en el 2018, le ha dado la espalda, en respuesta a esto, durante los comicios internos de MORENA movió sus fichas para recuperar algo de poder apoyando a Merary Villegas.
No son un secreto sus aspiraciones a elevarse más en la política, codicia una candidatura a la senaduría en el 2024 como trampolín para la gubernatura, amparado en el amasiato político-empresarial que se ha empeñado en consolidar durante los últimos 4 años, usando su puesto como presidente municipal para dicho fin.
Pero este concubinato mafioso parece tambalearse ahora que, el “químico” Benítez reculó con la licitación de las luminarias, que lo acercaron demasiado a la lumbre, quedando expuesto una vez más en su verdadera y perversa faceta como servidor público.
Ante esta cancelación, la Auditoría Superior del Estado de Sinaloa, declaró que, sus trabajos continuarán, por lo que, Benítez Torres sigue en la mira pese a que según se haya manifestado arrepentido y apagado las luminarias de la corrupción, pues los señalamientos en su contra llenar archiveros.
A paso gatuno, cauteloso y sin altanería tendrá que moverse ahora el alcalde mazatleco si sus intenciones son continuar con un gobierno déspota y despilfarrador, que dota de presupuesto público a su edil para darse una vida de lujos y viajes al extranjero, mientras Mazatlán se cae a pedazos.