LAS MENTIRAS Y ALARACAS DE LA GUACAMAYA

  • Hacktivistas; delincuentes cibernéticos sin rostro pero que tienen patrocinio rumbo al 2024

Redacción

El desmesurado empoderamiento otorgado a la Secretaría de la Defensa Nacional por parte del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, puso a México en el mapa internacional y ha llamado la atención de otros gobiernos, organismos internacionales y colectivos de derechos humanos por el riesgo latente que implica este compromiso con las fuerzas armadas de la nación.

Pero además atrajo la atención del grupo de hacktivistas conocidos como “Guacamaya leakes” o delincuentes quienes han perpetrado ataques cibernéticos en otras naciones que han incurrido en acciones escandalosas e irregulares en su forma de gobernar, por lo que, su objetivo, de acuerdo a las declaraciones hechas en la red, fue filtrar un gran número de supuestas investigaciones de inteligencia realizadas por la SEDENA debido al protagonismo que está tomando en el futuro del país mexicano.

Dichas filtraciones ahora conocidas como “Guacamayaleaks” han cimbrado la percepción social que se tiene de dicha institución que a través de un enorme trabajo de propaganda se ha vendido, los últimos años, como la más confiable y sus estrechos vínculos con la cuarta transformación que ha apostado todo a ella han creado en el imaginario colectivo de los mexicanos una imagen distinta de su verdadera esencia y su trabajo en las calles desde el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.

Con la información flotando libremente en el ciberespacio y a disposición de cualquiera que decida nadar entre cientos y cientos de documentos que revelan las entrañas de la fuerza militar mexicana se ha producido un completo estado de incertidumbre en el aspecto gubernamental y a dividido a los diversos grupos sociales mexicanos, con opiniones disidentes.

Pues, la información incierta que según implica a muchas figuras relevantes de distintos ámbitos sociales ha sido aprovechada como un arma de amedrentamiento en contra de rivales políticos por grupos distintos y fines particulares, quienes, con un patrocinio de por medio alimentan a través de distintos medios los ánimos para hurgar en los archivos filtrados y armas los esquemas suficientes para salpicar a sus objetivos.

Una cacería mediática de información que si bien ha sido corroborada por la SEDENA no ha sido judicializada oficialmente por ninguna instancia procuradora de justicia.

De tal manera que, con la piñata rota, el sensacionalismo y el aprovechamiento de las redes sociales para captar la atención de miles de internautas han convertido la opinión pública en el campo de batalla y el terreno de juego de manera indirecta para los intereses de cupulas de distinta índole.

Una lucha del poder por el poder utilizando el manejo de la información a modo para así reconfigurar el tablero político sin importar quienes se vean implicados y sean devorados por la espiral abierta desde el anonimato y con las mentiras y alaracas de la Guacamaya que no tiene rostro, pero sí un patrocinador con un propósito específico, incidir en las elecciones del 2024.

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