Colaboración octubre 2020 / Por Martín Mendoza (in memóriam)
Arribó a Culiacán en 1963, procedente del histórico mineral de El Rosario. Agustín Barajas Zambrano se inició en el periodismo con su cuñado, Ramón Martínez Montes, fundador de la Asociación de Periodistas de Sinaloa de la que fue primer presidente. Precisamente, al lado de él y su Revista Más (Mejor Agricultura en Sinaloa), que escribió historia en el sector agrícola de Sonora y Sinaloa, cuando ambas entidades eran los graneros de México y afortunadamente no se tenían signados leoninos “acuerdos comerciales” con los países del Norte que ahora hasta nos obligan a comer maíz amarillo y a nuestros campos agrícolas caer en el monocultivo, ni tampoco a los “Coyotes” que medran, sin arriesgar un cinco, con el sudor de los aguantadores agricultores, gastó suela y más suela de vaqueta de sus zapatos, recorriendo los campos de ambas entidades en busca de la noticia y de la foto oportuna, apoyando que en lugar de un libre comercio, hubiera un comercio justo para la agricultura, no como es ahora.
Cargando, además de su libreta de apuntes, una cámara fotográfica, aprendió Agustín Barajas Zambrano a desarrollar su visión y olfato periodístico y a saber encontrar el momento adecuado y el lugar oportuno para obturar la máquina y captar los históricos momentos que guardó en el papel impreso y… en su mente.
A sus 77 años de vida, ha sido como siempre lo hemos conocido: modesto, pero irónico al momento de que le quisieran pisar un pie o meterle zancandilla. Esa humildad no le evitó que pusiera en práctica todos los conocimientos adquiridos al lado de maestros de la pluma con quienes trabajó, colaboró o estableció relaciones profesionales y de amistad, en sus 55 años de vida dedicados al periodismo de tal manera que en octubre de 1976 inició su proyecto: ¡Aquí…Política con Tambora!
Antes de ello, se separó del filial maestro y se fue a trabajar con Alfonso L. Paliza, otro dirigente que fue –como don Gustavo D. Cañedo–, Presidente de la APS, en el periódico Minutero. Paliza Félix fue, posteriormente y hasta su muerte, Director del Periódico oficial del Gobierno de Sinaloa, sucediendo precisamente a Don Gustavo.
También, Agustín Barajas se desempeñó al lado de un gran periodista y crítico, Jorge Medina León, –padre del recientemente fallecido comentarista vespertino en el espacio “Los Columnistas” de Radio UAS y a quien la Revista Crucial de Septiembre le dedicó la portada, Jorge Walterio Medina Palazuelos–, en su viril órgano informativo y de comentarios políticos, La Verdad. Con Porfirio C. Avena, (quien en 1957, fuera primer fundador y primer Director de EL INFORMADOR DEL MAYO, de la Ciudad donde nací física y profesionalmente, siendo su reportero, Navojoa), lo tuvo bajo su férula y le aprendió mucho, al igual que abrevó al lado de Rafael Velázquez Garnica, más lo que aprendió al lado de otro de sus amigos, Rafael Rodríguez Rábago, “Míster Raf”, uno de los primeros investigadores por correspondencia, al igual que Agustín que también tiene estudios de Detective Privado, lo máximo que profesionalmente había en ese entonces, y autor de una columna especializada en el tema policiaco del Diario de Culiacán.
Ahora, ya ni a reportear salen periodistas, columnistas o articulistas, gracias al avance tecnológico de la comunicación y que por “whatsApp” o “twitter”, sin salir de la oficina “chateando” o leyendo las “redes sociales” se informan. Como los boxeadores, terminarán con las “narices chatas y las orejas de coliflor”… pero sin noticias.
“Tilín” Barajas, como afectuosamente lo motejan sus amigos –y uno que otro “igualado”— laboró para el Demócrata Sinaloense de Mazatlán, cuando el tipo de tarea en la formación de páginas y la prensa plana eran las máquinas más prodigiosas para elaborar un periódico, así como con la revista de Pedro Serrano Pérez otro “trotamundo” del periodismo, lo mismo que Luis Gutiérrez. El periodismo “revisteril” de Barajas se ha adaptado a todas las épocas, tecnológica y profesionalmente.
Pero fue en su tierra, la misma que vio nacer al Secretario General de Gobierno y fuerte prospecto a la candidatura a Gobernador del Estado, Gonzalo Gómez Flores, El Rosario, –donde también vio la luz primera el recientemente fallecido Silvino Silva Lozano, Director de Noroeste en sus primeros 19 años de existencia–, en la que Agustín prácticamente dio sus primeros pasos periodísticos. Lo hizo desde abajo: vendiendo, de chamaco, el periódico “Rumbos” del inolvidable maestro Carlos R. Hubbard.
La vida, profesionalmente hablando, no ha sido fácil para Agustín Barajas, pero aún con todos sus avatares, le llena de satisfacciones. Por ende ni se quiebra ni se raja.
Arribó con su revista cuando los “tecnócratas” llegaban al poder junto con Luis Echeverría Álvarez en la Presidencia. Así se inauguró: acompañando a los agricultores en la lucha por evitar que la política de la tenencia de la tierra no les afectara en sus propiedades, con aquél reparto agrario. En la CAADES, que aglutina a ese productivo sector, lo recuerdan y su revista es bien acogida.
Enfrenta una crisis política, económica y de salud, que nacionalmente a todos tiene deprimido, pues no se ve para cuando se llegará al otro lado –no del Muro de Trump sino de esta situación– y optimistamente dice “peores hemos pasado”. Ahora tenemos pandemia, pero primero tuvimos pan de trigo. De la primera no nos cuidamos, al segundo no lo guardamos. Así como antes salimos avante de la “gripa española”, la gripa aviar, la brucelosis, el sarampión, la viruela, la difteria, etc. etc., Dios mediante esto también lo vamos a superar. ¡Pero Cuídense!
Ya no están al lado de Agustín su esposa María Elsa Escalante Romero; ni su hermana Alicia López Zambrano, mucho menos su cuñado, Ramón Martínez Montes, quienes lo empujaron a apegarse a esta apasionante profesión, para que lo regañen, le “enmienden la plana” o le aplaudan.
A cambio, tiene a su hijo, Xicoténcatl Ramón Barajas Escalante, quien resultó “junto con pegado”, pues el cachorro hasta se recibió en la Facultad de Filosofía y Letras de la UAS en Periodismo y está ejerciendo junto con su primo hermano Jesús Ayala Escalante y la novel periodista Fernanda Bustillos López, así como con sus colaboradores egresados también de la UAS, quienes por sus venas sienten el vertiginoso correr de la sangre de la periodística familia de “Tilín” Barajas. A este clan, propiamente se le puede señalar que “de manso le llega lo orejano”. O más sencillo de entender: hijo de tigre, pintito; o de tal palo tal astilla. Como sea, pero es real.
Hoy que ¡Aquí…Política con Tambora! cumple 44 años. Más que ofrecerle mis felicitaciones, extenderé un pronóstico: vivirá más de otras 4 décadas, porque ustedes, inteligentes lectores, así lo quieren. El Clan de los Barajas sacó una carta de su baraja y esa les tocó. ¡Qué Suerte!
