Redacción
Por mucho que intenten ocultarse dentro de esas máscaras artificiales de políticos “buena onda”, el pasado siempre revelará su verdadera esencia, esa que ni con todo el maquillaje teatral de politiquero podrán borrar por completo, como es el caso del diputado Pedro Alonso Villegas Lobo, quien en el afán de señalar sin evidencia concreta, con videos que supuestamente harían más creíble su postura frente a un tema tan delicado como es la seguridad en la Universidad Autónoma de Sinaloa, hubo quienes de inmediato le regresaron el golpe con una mejor jugada, rememorando ese tan casual hallazgo donde se evidenció sosteniendo relaciones sexuales en horario laboral y dentro de su oficina en el recinto legislativo con una joven quien se especula que fue devorada a manos de ese lobo salvaje a cambio de un apoyo económico.
Ahora, intentando limpiar su imagen cuando esta ya fue manchada por sus oscuras y bajas pasiones, inventa temas tan delicados como lo son las medias verdades ante la situación de la seguridad en la UAS, haciendo del parlamento una tribuna desde la que babea demagogia calumniando sin evidencia concreta al personal de seguridad de la institución educativa, sin antes haber escuchado la versión que las autoridades correspondientes de la máxima casa de estudios deberían dar a conocer para poder analizar así el panorama completo y no dejarse llevar por especulaciones sin fundamento.
Así “nuestros representantes” estarán malbaratando el tiempo y los recursos del pueblo, yendo directo a la boca del lobo y, con un aullido de auxilio, estos buscarán a su manada, ya que, entre lobos y coyotes se entienden, pues también agarró bandera el falso redentor del campo sinaloense, el diputado Serapio Vargas Ramírez, quien está convertido en bodeguero y hambreador de quienes hacen producir la tierra con el sudor de su frente.