- En su enfermiza obsesión por ser alcalde se entromete en proceso de elección de síndicos municipales
Xicoténcatl Barajas
Precoz y sin disimulo, el diputado local morenista Serapio Vargas Ramírez ha comenzado a mover sus fichas agitando la gobernabilidad de la capital sinaloense con la ilusoria y enfermiza obsesión de fortalecerse rumbo al 2024 para así contender por la presidencia municipal de Culiacán.
Todo mundo sabe que en el distrito por el cual se postuló el ahora integrante de la 64 legislatura del Congreso del Estado ya no es respaldado por el grupo que tuvo intereses muy particulares en esa región, como él y sus esbirros lo presumieron antes, durante y después de la campaña, además de que afirman que no se ha parado por la circunscripción desde que comenzó a “mamar” del erario público legalmente (porque antes lo hizo con chayote de los gobiernos del PRI vía Secretaría de Agricultura).
En el portal de transparencia del recinto legislativo se puede comprobar su inactividad, con ninguna iniciativa propia, dedicándose por completo a ser el porro servil de Feliciano Castro Melendrez cuando se necesita golpear y esconder la mano.
Esto, con el propósito de que se le apoye en sus disparatadas propuestas cargadas de un interés personal y económico, como el caso de la playa nudista que insiste en abrir a sabiendas de que dicho predio es propiedad de la nación, porque tampoco es de la familia Redo, con quien sostiene un litigio por la propiedad de esa zona federal marítimo terrestre, importándole un comino las determinaciones del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador que está en contra de los acaparadores de bienes nacionales.
De lo que sí es dueño Vargas Ramírez, es de un negro pasado en el sector agrícola y político, en el que se le ha catalogado como un “coyote semillero”, oportunista y vividor que, ahora como bodeguero y acaparador de cosechas se sigue vendiendo como un falso redentor del campo, además de ser recordado por su infructuosa dirigencia del Partido Independiente de Sinaloa (PAIS) que, de acuerdo a testimonios de ex integrantes de dicho instituto político desfalcó las finanzas y engañó a las autoridades electorales que le radicaron los recursos público para la operatividad del mismo, el cual no alcanzó ni el registro.
Ahora, bajo el amparo del Movimiento de Regeneración Nacional busca continuar haciendo de las suyas, aprovechando su rasgada investidura para intervenir y convulsionar al gobierno municipal de Culiacán que preside, Juan de Dios Gámez Mendívil, pieza clave del gobernador Rubén Rocha Moya.
La alerta de la intromisión descarada de Vargas Ramírez ya la hizo el regidor panista, Sadol Osorio Porras, quien exhortó al personal de la Dirección de Enlace con sindicaturas a cargo de Jesús López Zambada a conducirse con imparcialidad en la elección de síndicos que se aproxima para el día 19 de marzo.
Esto, significa que es un flaco favor el que le hace el pseudo líder agrícola al anteponer sus intereses personales a las acciones emprendidas por la política de Rubén Rocha Moya y su proyecto de transformación que incluye la tarea de fortalecer el músculo político, económico y social del municipio más importante de Sinaloa, tras años de haber quedado en el abandono a causa de malos gobernantes.
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