Redacción
A un año de su llegada a la presidencia municipal de la capital del Estado de Sinaloa, Culiacán, el joven alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil refrenda su vocación como servidor público y continúa con la marcha del emblema de la 4t en el municipio, gestionando una administración constructiva.
Tras disipar la nube negra que pesaba encima del municipio a causa de anteriores gobiernos, por fin, la tan anhelada transformación obradorista comenzó a hacerse patente en la vida de Culiacán, pues, desde el primer momento el esquema de gobierno fue distinto y se adaptó al proyecto nacional y estatal con sentido social.
Respaldado por la ciudadanía que buscaba un cambio, Gámez Mendívil ha cumplido con su palabra, superando las expectativas que estaban a su alrededor, dejando a su vez, sin argumentos, a los opositores dentro y fuera del Ayuntamiento.
Los aspectos sociales, económicos y culturales se reactivaron, rehabilitando a la ciudadanía y su quehacer en un proceso colectivo, además de que están a la orden del día obras de atención prioritaria para los más necesitados, así como la atención directa de las demandas y el recibimiento de propuestas ciudadanas, lo que demuestra un signo de parte del gobierno municipal de hacer mancuerna con el pueblo.
“Es importante para nosotros esta retroalimentación, queremos que ustedes nos digan por dónde”, dijo el primer edil al recordar a los habitantes que no están solos y se seguirá trabajando para garantizar su bienestar, en el marco de los denominados “diálogos del bienestar”, los cuales tienen como objetivo el encuentro entre los funcionarios y las personas de las distintas zonas del municipio.
Con un presupuesto y visión centrada en el bienestar ciudadano, el alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil se ha convertido en el arquitecto que construye un futuro distinto para los culiacanenses, mandando un mensaje de solidaridad a los culichis tanto de la zona urbana como sus alrededores.
“Lo que queremos es que no se sientan que están solos, que tienen autoridades desde un comisario, un síndico municipal; nosotros en el municipio y un gobernador y un presidente de la República que están pendientes de ustedes, que estamos para ayudarles”.
Restauración del reencarpetado, servicios públicos como agua potable y limpieza constante de las zonas urbanas y rurales, inversión en recolección de desechos, pavimentación de calles en donde nunca se había hecho, brigadas de asistencia social en colonias populares como el Barrio o las Coloradas y sindicaturas como Quilá o Aguaruto, zonas a donde se le ve acudir en persona como parte de su agenda para tomar nota de las peticiones que se le hacen cara a cara, escuchando atentamente la realidad que viven los demandantes.
También, eventos culturales que gradualmente han cambiado la imagen de la capital, como la primer Feria Internacional del Libro o el festival del globo que ya son una realidad y muestras de una administración alterna que los habitantes y distintos sectores han aprobado para bien.
“Poco a poco a partir de estos ejercicios ustedes van a empezar a recobrar la confianza en sus autoridades que es lo que más queremos, porque en la medida en que nosotros como ciudadanos confiemos en las autoridades, vamos a poder hacer más cosas juntos”, patentiza el munícipe.
Afianzando a su vez alianzas con el gobierno estatal encabezado por Rubén Rocha Moya, quien ha depositado su confianza para que pueda transformar Culiacán, acoplando su visión con la del proyecto humanista iniciado por el badiraguantense, también el poder federal lo ha reconocido como un prospecto de la política sinaloense, pues, se ha ganado el reconocimiento del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador y del secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández.
El tiempo está dando la razón a quienes depositaron su seguridad en apostar por un nuevo rostro que representara al municipio más importante del Estado, pues, en Gámez Mendívil está cristalizada la imagen de la juventud y una nueva era política de vanguardia, cuyos pensamientos están en sincronía con el mundo contemporáneo y se vuelven necesarios para aterrizar nuevos proyectos que integren a su vez la realidad de donde se gobierna, construyendo acontecimientos inéditos que hagan una verdadera transformación. tracen el futuro de Culiacán.