Redacción
Si los partidos opositores a nivel nacional navegan a la deriva, haciendo planes sin pies ni cabeza, a nivel local la cosa no dista de ser muy distinta, pues, los lideres regionales no dan una y poco a poco van perdiendo terreno y la poca conexión que tenían con la gente.
Sinaloa es el claro ejemplo de esto, con representantes como Paola Gárate en el PRI, Roxana Rubio en el PAN y Oner Lazcano en el PRD, que no hacen otra cosa más que conferencias de prensa vendiendo humo a los pocos simpatizantes que aún les quedan y evidenciando su falta de inteligencia para hacer política.
Si el día de mañana MORENA y sus representantes desaparecieran, estos personajes se quedarían sin tema del cual hablar, pues, con la misma retahíla discursiva hartan a la sociedad sinaloense, cuando ellos hablan y representan nada más a sus intereses y grupos afectados por las nuevas políticas de transformación, creyéndose la mentira de que hablan para todos.
Es así que, de cara a las elecciones del año 2024, ya se han puesto en marcha, demostrando el hambre de poder y protagonismo que llevan en su interior, pues, públicamente han declarado una vez tras otra, que buscan quitar a la cuarta transformación de las riendas del gobierno, pasando por encima de la ciudadanía y sin ofrecerles ni una sola propuesta constructiva.
Solamente piensan en ocupar una posición relevante como en los viejos tiempos, considerando el voto ciudadano como un trampolín para satisfacer sus necesidades, pues, de gestionar políticas publicas en beneficio de todos, no hacen ni pío.
Es tal el desespero que lo único que se les ha ocurrido para supuestamente vencer a la fuerza guinda, es el aglomerar al mayor número posible de aliados en un solo frente; sin importar que políticos que han sido evidenciados ante la ciudadanía por sus cuestionables prácticas en el pasado, se infiltren en el movimiento.
Suman a ello la intención de invitar a partidos como Movimiento Ciudadano, que a nivel nacional ha descartado aliarse con los viejos esquemas políticos, y a nivel local coquetean con el Partido Sinaloense, pues buscan aprovechar las estructuras de las cuales carecen y sanear los golpes estructurales que han sufrido con las desbandadas de militantes.
Sin embargo ¿es acaso posible una alianza a nivel local con 5 partidos sin que existan diferencias? Pero sobre todo sin que surjan conflictos por la repartición de los poderes tras una hipotética victoria.
Tal vez esto sea un punto en el que no han reparado aquellos interesados por llevar a cabo dicho proyecto, demostrando una vez más que solo piensan en la lucha del poder por el poder, dejando de lado la propuesta para gestionar en pro de los votantes.
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