- Ya hace ruido el jolgorio político
Xicoténcatl Barajas
Ya hace más ruido por todos los rumbos de Sinaloa el jolgorio político que avisa de la jornada electoral del 2 de junio de este mismo 2024 que corre a prisa. Todos los aprontados dizque para servirle al pueblo arman sus estrategias de posicionamiento con sus gurús de imagen, mientras que los apáticos electores no hayan a quien irle y la seducción de los políticos no es muy atractiva, ya que, todos los bandos y colores que se presentan en la pasarela política tienen sus defectos y virtudes. Los ciudadanos –así se escucha entre el populacho- no en las redes sociales que enredan más a la gente, no ven con buenos ojos a las mismas caras de hace dos décadas que a un se dejan ver tratando de pizcar algo en la próxima zafra electorera; aunque también hay rostros nuevos y otros desconocidos plenamente que van a correr la aventura apareciendo en las boletas. En los carteles del color guinda que es el oficial, los nombres de la fórmula para el senado estarán impresos y serán la repetidora que quiere cobrar otros seis años en la nómina haciendo poco o nada por los sinaloenses, Himelda Castro Castro y el polémico secretario General de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez, quien por cierto, debutó con su discurso en la conmemoración de la promulgación de la constitución política de México al ser el orador oficial y representante del gobernador del estado, Rubén Rocha Moya. Mientras que por el lado del moribundo PRI y el frente de partidos que están más partidos y enfrentados que nada, la ecuación política que compone la desconocida Paloma Sánchez y Eduardo Ortiz pareciera que ni fu ni fa, pues ella ni sudará ni se acongojará porque prácticamente ya es senadora plurinominal y, el empresario papelero es el panista que tuvo un golpe de suerte por aquella victoria de la diputación federal gracias a la división que hizo el Partido Nueva Alianza de la vetusta Elba Esther Gordillo al PRI que ese año 2005 llevó como abanderada a Martha Tamayo, quien fraguó la expulsión de la dueña del SNTE de las filas tricolores, por lo que el encargado de hacerla perder fue su fiel escudero, el profesor José “Chino” Mendívil, quien con todo el dinero del mundo operó para que Tamayo mordiera el polvo. Hoy, son otros tiempos y Eduardo, hijo del agricultor “El Gato” Ortiz sabe que no va en caballo de hacienda y que su compañerita no le ayuda en nada, pues “Alito” Moreno “los pecunis y heribertos galindos” ya acomodaron a la mazatleca radicada en la capital azteca para que no sude la gota gorda y él, sin gente y sin dinero no podrá hacer gran cosa.
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