Redacción
Como parte de su última cruzada al frente de la presidencia de la república mexicana, Andrés Manuel López Obrador envío un paquete de reformas constitucionales que han causado euforia entre sus simpatizantes y polémica en los sectores políticos más conservadores, en medio de una serie de acusaciones por parte de medios “gringos” y un clima electoral que definirá a la primera mujer presidente del país.
Con dichas reformas AMLO afirmó que busca dignificar la vida de millones de mexicanos y retornar a las raíces sociales de la constitución además de fortalecer la soberanía nacional, que, comentó, se perdió con el dominio del régimen neoliberal en el poder.
Entre las propuestas enviadas por el tabasqueño a las cámaras legislativas se encuentran; reformas a las pensiones aprobadas en 1997 y 2007 por los presidentes Ernesto Zedillo y Felipe Calderón; Utilizar 18,000 kilómetros de vías férreas para trenes de pasajeros y devolver a la Comisión Federal de Electricidad su carácter de empresa pública estratégica; garantizar la pensión para adultos mayores y el aumento de ésta cada año; así como la atención para personas con discapacidad.
También en dicho paquete se destaca el aumento del salario mínimo por encima de la inflación anual; que el salario mínimo de maestros, policías, marinos, enfermeras, médicos, entre otros trabajadores de gobierno, no sea menor al de trabajadores inscritos al seguro social.
Asimismo, una reforma electoral que no ha caído en la gracia de los partidos opositores que están en vías de extinción, pues se busca la reducción de gastos electorales, disminución a 64 senadores y 300 diputados, entre ellos las famosas candidaturas plurinominales.
Tampoco el PRI, PAN y PRD, aprobaron el que se intente desaparecer organismos autónomos, sin embargo, se mostraron abiertos a la negociación en otras, pues, en el fondo hay una enorme carga electoral que el mandatario federal ha colocado en este paquete de reformas, acorralando a la oposición frente a la crítica del pueblo, pues, al mostrar rechazo ante estos cambios constitucionales se juegan el perder un gran número de votos, que ya les hacen falta.
A su vez, estos, con todo el poder de su maquinaria a través de distintos “lideres” de opinión, medios de comunicación, funcionarios públicos, intelectuales, organismos empresariales, entre otros, han desplegado toda una campaña en contra de estas acciones, pues, las consideran un cebo electoral y populista.
Los denominados opositores no terminan de dimensionar a su rival, pues, con este tema AMLO demostró una vez más que él es quien maneja la agenda política del país, como lo ha hecho durante los últimos 6 años de su gobierno, capitalizando las grandes polémicas a su favor y en beneficio del Movimiento de Regeneración Nacional, quien se apunta como el favorito para seguir gobernando gran parte del territorio mexicano.
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