A.B.Z.
La cuaresma llegó a Sinaloa con una espléndida capirotada política que los partidos se la quieren dar a comer a los electores con sus campañas negras, una vez que la cocinaron con fuego amigo e ingredientes de todo tipo, principalmente con bazofia preparada con divisiones, zancadillas, golpes, calumnias, difamaciones, traiciones y, por supuesto, con violencia política y de género.
Los sedicentes políticos de todos los colores y sabores están enredados en sus redes, esas que tejen los gurús y equipos de “estrategias digitales” que no son más que hordas de bots y, los pomposamente llamados “creadores de contenido”, por supuesto, falso y ofensivo, surtido de ataques a diestra y siniestra y que solo abonan a la desinformación, a la apatía social y al abstencionismo, pues no hay propuestas factibles para el pueblo, ni mucho menos planes de trabajo.
Todo es volátil, superficial, efímero como así son las ilusiones que se cargan muchas y muchos que ya se sienten las divinas garzas y, en algunos casos, con plumaje manchado, porque han estado en el fango de la mafia política de ayer y hoy, pero los ciudadanos ya despertaron y saben cómo elegir a sus representantes y también cómo castigarlos cuando estos no cumplieron sus promesas de campaña.
En los anuncios y espectaculares que instalaron por el solar sinaloense se les puede ver sonrientes y graciosos, tratando de llamar la atención para que los transeúntes y automovilistas caigan en el engaño de su contaminación visual, sin embargo, la gente en las colonias populares y la zona rural está más preocupada por resolver sus problemas cotidianos, como el llevar alimento a sus hogares, mejorar su condición de vida, tener seguridad, salud y educación, y no les interesa tanto llevar al poder a mujeres y hombres sin empleo que tienen la urgencia de prenderse de la “teta” del presupuesto.
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