Xicoténcatl Barajas
Pablo Moreno Cota trató en su vida política de emular y seguir los pasos de su señor padre, Don Pablo Moreno Mendoza y, se propuso llegar a dirigir los destinos de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado de Sinaloa.
Con el paso de los años y al haberse “cuajado” como líder y político de su época con posiciones desde presidente municipal de Sinaloa municipio hasta diputado local y federal, así como otros cargos públicos, el indio de El Opochi cumplió su sueño cuando Juan Millán asumió la gubernatura.
La hazaña debería quedar grabada en la memoria de los campesinos cenecistas y del pueblo sinaloense, por lo que, sin escatimar dinero, el gobernador que era muy dado a los aplausos y las loas le pidió a Pablo que su toma de protesta fuera abarrotada, que el parque Culiacán 87 estuviera a reventar, al fin de cuentas tirar el dinero del pueblo era lo de menos.
Y así fue, Moreno Cota siguió todas las indicaciones del mandatario estatal que quiso demostrar su fortaleza y buena relación con el sector campesino, llevándolo a la dirigencia para que mantuviera el control absoluto por cualquier conflicto agrario que surgiera.
Decenas de camiones de acarreados de todos los puntos cardinales de Sinaloa congestionaron la zona sur oriente de la capital y, los invitados ondearon banderas de la CNC vitoreando a Juan Sigfrido Millán y al líder en un evento de los que solo MORENA hace hoy.
Después de eso vino la despedida y la atención para quienes desde la madrugada se desvelaron viajando hasta sin comer varias horas para atestiguar que el hijo de Don Pablo Moreno Mendoza pudo levantar la mano protestando al cargo, con el cual no cumplió a cabalidad, ya que, los intereses del propio Millán con los coyotes semilleros y otros empresarios de la cadena productiva lo doblaron y neutralizaron para que no defendiera a los ejidatarios que tanto confiaron en él.
Como una forma de gratitud a los asistentes, ese día Pablo Moreno Cota comisionó a su viejo amigo “Nacho” Cervantes -quien fuera oreja de gobernación y de varios políticos- para que llevara a comer a los campesinos, por lo que ni tardo ni perezoso se lanzó al asadero “El Rincón Grande” para reservar la comilona con pollos asados, siendo la polliza más grande que jamás se puede olvidar por el chusco hecho que se dio al término de esta.
Pues resulta que “El Nacho” se dio el lujo de regalarle pollo hasta los “chuchos” callejeros que se arrimaron atraídos por el olor de las desplumadas y asadas aves a las brasas, sin embargo, a la hora de recibir la cuenta y de pagar, se percató que Pablo Moreno no había dejado pagado nada, por lo que muy enojado y echando sapos y culebras por la boca -como lo sabe hacer- buscó desesperadamente comunicarse con el estrenado dirigente, quien le dijo que ya iba en la carretera a la comida privada que tenía en El Opochi, Sinaloa de Leyva, por lo que el osado achichincle le respondió de forma majadera.
“Indio hijo de la tal por cual, cómo que no es aquí donde dejaste pagada la cuenta, yo ya le di de comer a todos los compas y se fueron en los camiones, aquí me quedé embarcado, ¡mándame para pagar!”, fueron las expresiones del encorajinado bufón que por años siguió a Moreno Cota, aunque se pelearan a cada rato. Y es que la culpa fue de “El Nacho” porque no entendió que le dijeron que el lugar era otro en la colonia las Quintas donde se había reservado y pagado, pues tenía un nombre parecido a ese restaurante, siendo así que tuvo que mandar Pablo a un emisario a pagar más cara la equivocación del comisionado.
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