“EL CHUQUIQUI” HERNÁNDEZ Y LA FALSA LLAMADA QUE NUNCA LLEGÓ

Xicoténcatl Barajas

Jesús Enrique “Chuququi” Hernández Chávez, fue en su tiempo un político priista con mucha suerte que logró una larga trayectoria política, en posiciones y la función pública, pues supo moverse bien en el ambiente de esa era “chicharronera”, la misma que hoy también practica MORENA con su aplanadora y quienes se enamoran de las mieles del poder.

En su primer intento por la presidencia municipal de Culiacán, el también futbolista recibió un golazo por parte de su querido PRI, ya que, a la usanza de los viejos vicios y mañas que lo caracterizaron, el tricolor lo hizo comer una de las que tanto guisó el cosalteco siendo delegado en algunos municipios y entidades del país.

Resulta que “El Chuquiqui”, con su viejo y amarillo colmillo retorcido, creyó en el año de 1998 que tenía en la bolsa la candidatura a la alcaldía de Culiacán, pero no fue así, la careada se la ganó el ingeniero Gustavo Guerrero Ramos, quien sin despeinarse llegó por “dedazo” desde la capital azteca para hacer fórmula con Juan Millán a la gubernatura.

El encargado de darle “el tiro de gracia” fue el doctor Francisco Cuauhtémoc Frías Castro como presidente del PRI estatal, otro político desahuciado que ya se la sabía de todas, todas, pues como secretario General de Gobierno con el ingeniero Renato Vega Alvarado y su acervo de marrullerías políticas las puso en práctica desde la dirigencia del otro ex invencible.

“Estoy esperando la llamada de México, en cuanto reciba las instrucciones yo les aviso”, repitió una y otra vez el doctor Frías a “El Chuquiqui”, quien, acompañado de líderes de colonias como doña Manuelita, el Changangas, la Cuquis Torres y Víctor Lugo Favela, echó más vueltas que un coyote a la sede del PRI para escuchar la respuesta del Comité Ejecutivo Nacional de la supuesta llamada que nunca llegó y que resultó ser más falsa que la dirigencia actual.

Después de hacer berrinches, Hernández Chávez, y al darse cuenta que todo era una treta armada por el entonces candidato al gobierno del Estado, Juan Sigfrido Millán, este decidió soltar en la explanada del PRI cientos de hojas con miles de firmas de militantes que lo apoyaban, al fin de cuentas, el garrotazo estaba dado y no le quedó de otra más que invitar a comer a toda su comitiva a las famosas Carnes en su jugo.

Con los días, “El Chuquiqui” se conformó con una diputación local y con la presidencia de la Gran Comisión, liderando tres años el Congreso del Estado, posición a la que con los años regresó después de haber alcanzado por fin el sueño de ser Presidente municipal de su querido Culiacán.

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