¡LO QUE SEA…QUE SUENE!

Xicoténcatl Barajas

“¡A rio revuelto, ganancia de pescador!”, así  es como la mayoría de los presidentes municipales y alcaldesas en Sinaloa están actuando ante la barbarie de la violencia que sigue azotando con fuerza, enlutando hogares y acabando con familias enteras, pues están sometidos por el crimen organizado sin capacidad de prevención y mucho menos de reacción, dejando padecer a la población hechos dantescos que suceden día con día, sin embargo, “calladitos se ven más bonitos” y hacen como que gobiernan aprovechando que los reflectores mediáticos los tienen acaparados los grupos delictivos, mientras, ellos, a quienes gran parte de la sociedad los considera como “hampones de cuello blanco”, se van hasta la manitas con negocios leoninos, facturando y hasta saqueando con aviadores y familiares  las arcas municipales de sus respectivos municipios, así, hay señalamientos concretos en varias de las 20 demarcaciones del solar sinaloense sin que nadie les amarre las manos, al fin de cuentas piensan que por lo del tema de la violencia todo se vale y nadie se interesa por saber si hacen o no, al cabo que “una rayita más al tigre no se le nota”….El municipio de Escuinapa agoniza porque el remedio que les recetó en campaña el eterno aspirante a la alcaldía, doctor Víctor Manuel Díaz Simental resultó peor que la enfermedad. Y es que la sufrida y aguantadora tierra del cono sur de Sinaloa está enferma también por las cancerígenas administraciones del pasado reciente que fueron encabezadas por galenos que dejaron la bata blanca con la ambición de meterse a políticos.  Ahí están como ejemplo el morenista Emmet Soto Grave y el panista Juan Manuel Lerma Cruz, que como presidentes municipales dejaron heridas que aun supuran por su papel deficiente y que pasaron a la historia por sus operaciones de gobierno fallidas que siguen doliéndole a los escuinapenses. Ellos, como todo político prometieron para ganarse la confianza de los ciudadanos, aliviar los males, como así lo hizo en tres campañas el empecinado Víctor Díaz Simental que, de acuerdo a sus acciones y ante la opinión pública su administración resultó ser un fiasco. Ahí están como prueba las imposiciones de funcionarios paracaidistas de otras regiones del Estado que llegaron a cobrar favores o “cuotas” al petista, pensando en saquear las raquíticas arcas del erario municipal y, aunado a ello, las renuncias de funcionarios de primer nivel como hoy se da por parte de la tesorera municipal y, anteriormente, con el director de Obras Públicas.  Así, con tristeza y desesperación poco a poco se van muriendo las esperanzas que los escuinapenses cifraron en quien los convenció para hacer un gobierno diferente, sin corruptelas ni mañas; sin compromisos con grupos ajenos a los intereses del pueblo que sigue sufriendo y aguantando las aberraciones de  políticos contemporáneos que, como autoridad, salen a deber seguridad, empleos, servicios públicos, progreso y bienestar…

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